El encanto de Roma como epicentro de peregrinación

Roma (Viernes, 11-11-2016, Gaudium Press) «Todos los caminos conducen a Roma», esta conocida expresión que proviene desde la época del Imperio Romano, se hizo nuevamente famosa durante el Jubileo de la Misericordia -próximo a concluir-, al colocar una vez más a la Ciudad Eterna como epicentro de peregrinación.

«También para llegar a la Puerta Santa en Roma y en cualquier otro lugar, cada uno deberá realizar, de acuerdo con las propias fuerzas, una peregrinación. Esto será un signo del hecho que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso y sacrificio. La peregrinación, entonces, sea estímulo para la conversión: atravesando la Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros», escribió el Papa Francisco en la Bula «Misericordiae Vultus» con que convocó el Año de la Misericordia.

La Ciudad Eterna fue durante el Año Santo de la Misericordia el escenario privilegiado para celebrar la fe y recibir las gracias del tiempo jubilar / Foto: Gaudium Press.

Una peregrinación jubilar que se dará por concluida el próximo 20 de noviembre, cuando se clausura la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. «El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el 20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos concedido un tiempo extraordinario de gracia. Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que derrame su misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el próximo futuro», prosiguió el Pontífice.

Y es que la Ciudad Eterna tiene un encanto especial y seguirá siendo epicentro de peregrinaciones para los cristianos. Sus calles, sus edificaciones, sus rincones, hasta el cielo que la cubre de una o de otra manera, están impregnados de la historia de la humanidad y, sobre todo de la Iglesia.

Entre las ciudades del mundo, Roma es la de mayor concentración de bienes históricos y arquitectónicos, siendo incluida en 1980 en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, a la que se adicionó también las propiedades extraterritoriales de la Santa Sede que se hallan en la ciudad y la Basílica de San Pablo Extramuros.

Lo cierto es que la capital italiana no sería lo mismo sin la Iglesia Católica. Toda la ciudad habla de ella, especialmente desde sus templos, comenzando por las cuatro Basílicas Papales: Juan de Letrán, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros y San Pedro, estas dos últimas, testimonio vivo de los Apóstoles Pedro y Pablo, nada más nada menos que los Patronos de Roma y testigos del Evangelio, cuyas reliquias reposan en las Basílicas.

No en vano hay un dicho popular que dice que todo católico debe peregrinar al menos una vez en su vida a Roma. De hacerlo, ¡siempre habrá una sorpresa en algún rincón de la ciudad!

De la redacción de Gaudium Press.