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Madrid (Lunes 14-11-2016, Gaudium Press) Se ha celebrado en Madrid del 12 al 14 de noviembre el XVIII Congreso Católicos y Vida Pública, organizado por la Asociación Católica de Propagandistas y la Fundación San Pablo-CEU.
Bajo el lema «Yo soy Cristiano, hechos y propuestas» los congresistas tuvieron la oportunidad de escuchar las ponencias de destacados católicos así como Mesas Redondas y otras actividades. Paralelamente se realizaron congresos para jóvenes y niños. El Nuncio Apostólico en España, el Arzobispo de Madrid y el Obispo de Guadix, se hicieron presentes en diversos momentos del Congreso.
El Director del Congreso, D. Rafael Ortega ofrece sus impresiones y analiza el desarrollo del evento.
Se acaba de terminar el Congreso. Ud. en sus palabras finales afirmó que hay que acabar con la mediocridad. ¿A qué se refería más específicamente?
A la mediocridad y a la tibieza que existe en nuestra sociedad hoy. Tenemos que ser valientes y no «tener miedo», como nos dijo en su día San Juan Pablo II.
¿Qué destacaría de la Homilía del Arzobispo de Madrid, Mons. Carlos Osoro Sierra en la Misa de Clausura del XVIII Congreso Católicos y Vida Pública de la Asociación Católica de Propagandistas, ACdP?
La reafirmación del valor del testimonio del «YO SOY CRISTIANO» y el ánimo de seguir en la senda correcta con Congresos de este tipo. Estamos muy agradecidos al ya próximamente cardenal Osoro por su participación en el Congreso, con la celebración de la Eucaristía de clausura. Monseñor Osoro es uno de los pastores que necesita en estos momentos la Iglesia española.
¿Tienen vigencia la realización de estos congresos?
Por supuesto. Ya somos mayores de edad. Se ha celebrado el XVIII y ya estamos pensando en el próximo. Siempre estamos en sintonía con el magisterio de la Iglesia y por tanto defendemos que nuestra tarea es luchar por la dignidad de las personas y el bien común. Ya pensamos en el próximo Congreso desde una auténtica vocación de servicio a la sociedad.
¿Los católicos españoles se implican en la vida pública?
Ahora no mucho. Es un reto que tenemos porque en bastantes ocasiones no reconocemos con firmeza, por miedo a la vergüenza o manifestarlo públicamente, que somos cristianos. No es necesario crear un partido político cristiano, pero si impregnar a la sociedad política de la visión cristiana. Sabemos que esto es muy difícil, pero no imposible. Hay muchos católicos en las diferentes formaciones políticas españolas que tienen miedo a expresar su Fe.
¿Cuál es el mayor reto para la ACdP en la actualidad y que tiene a aportar a la vida de los españoles no creyentes?
La participación de los miembros de la ACdP en todos los ámbitos de la sociedad y sobre todo la defensa de los valores de la dignidad de la persona, basados en la Doctrina Social de la Iglesia. Creo que tenemos que propugnar la paz y la concordia. En definitiva el diálogo.
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