Punta de Tralca (Martes, 15-11-2016, Gaudium Press) «Diálogo, responsabilidad y misericordia: por un Chile más justo», fue el título del mensaje con que los Obispos chilenos concluyeron su 112º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh) que se extendió desde el 7 al 11 de noviembre.
En conferencia de prensa, los pastores de la Iglesia dieron a conocer primeramente las autoridades que conforman el nuevo Comité Permanente de la CECh: monseñor Santiago Silva, obispo castrense, Presidente; monseñor Cristián Contreras Villarroel, obispo de Melipilla, Vicepresidente y monseñor Fernando Ramos, obispo auxiliar de Santiago, Secretario General. Lo integran también monseñor Juan Ignacio González, obispo de San Bernardo y el cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago.
En su mensaje conclusivo, el episcopado hizo presente que si bien el Año Santo de la Misericordia concluye, «creemos que el tiempo de la Misericordia es un desafío que perdura, y con mucha fuerza queremos insistir en esta dimensión evangélica en nuestros planes y proyectos pastorales. El rostro misericordioso del Padre, se manifiesta en la persona de Jesucristo a quien predicamos y celebramos. Él es la fuente de nuestra esperanza».
Participación electoral y responsabilidad ciudadana
Los obispos reconocieron que si bien hoy en día existen mayores iniciativas ciudadanas, movimientos sociales y nuevos espacios de participación, resulta preocupante la gran cantidad de personas que no concurrieron a las urnas en las recientes elecciones municipales. «Esto revela una vez más el creciente desinterés y desafección hacia la actividad política que, por el contrario, debería ser el mayor interés de quienes se proponen buscar el bien común», dijeron.
Y agregaron: «Ahora que nos aproximamos a un nuevo período electoral, queremos que el debate ayude a que los ciudadanos no se reduzcan a meros votantes, sino que asuman su rol de activos colaboradores en la gestación de una Patria renovada y cada vez más abierta a un diálogo social sano y fraterno. Las instituciones del país, políticas, sociales y religiosas, tenemos un papel relevante a la hora de reconocer, acoger y discernir el legítimo malestar que expresan diversos sectores de la sociedad hacia los liderazgos a todo nivel.».
En este sentido, los prelados enfatizaron en la necesidad de un diálogo social sano y constructivo como mecanismo de superación de la desconfianza en las instituciones democráticas. «Todos podemos ayudar a que la búsqueda de lo mejor para Chile la hagamos con respeto y a través de un diálogo responsable y participativo, evitando y previniendo expresiones de violencia y descalificaciones que, además de tensionar los ambientes, suelen distraer la atención de los temas más urgentes y relevantes», señalaron.
Un Estado al servicio de los más vulnerables
Finalmente, los obispos de Chile dedicaron unas palabras a la urgente necesidad de atender las necesidades de los más vulnerables de la sociedad, especialmente por parte del Estado. «Nos inquieta cómo no se apoya suficientemente desde el Estado y la sociedad civil a los adultos, jóvenes y niños en situación de vulnerabilidad».
Y agregaron: «Miramos con especial preocupación la atención en la salud pública, las pensiones mínimas de hoy y las de mañana, la precariedad de tantos empleos y la falta del mismo, las delicadas situaciones que viven los hermanos migrantes y los pueblos originarios. Preocupa particularmente la iniciativa de ley que deja en la indefensión jurídica a la persona humana en el período prenatal, sin hacerse cargo de las mujeres que pueden estar viviendo situaciones dolorosas y dramáticas».
Solicitando la intercesión de la Santísima Virgen María, los pastores concluyeron reconociendo la gran necesidad que existe en la sociedad de una educación humanizadora e integral: «También nos inquieta y estimula nuestra reflexión la necesidad de una educación integral que humanice cada vez más a las personas, en especial a los niños, niñas y jóvenes».
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