Valencia (Martes, 15-11-2016, Gaudium Press) El Cardenal Antonio Cañizares, Arzobispo de Valencia, España, celebró la clausura del Año Jubilar del Santo Cáliz de la Misericordia en una Eucaristía concelebrada con cinco obispos y cien sacerdotes. En la celebración, el purpurado anunció cuatro nuevas iniciativas diocesanas de caridad, ofrecidas como «signos permanentes» del Año Santo.
El Cardenal Antonio Cañizares expone la reliquia del Santo Cáliz durante la clausura del Año Santo. Foto: A. Sáiz / AVAN. |
El Cardenal anticipó la creación de una casa-hogar para ancianos con hijos discapacitados, la cual se financiará «gracias a las limosnas y diferentes peregrinaciones en el Año Santo», así como la apertura de dos hogares para jóvenes con drogadicción, los cuales confiado a la Comunidad del Cenáculo de la madre Elvira. El purpurado determinó tambie? que ellos pobres más pobres diez por ciento del presupuesto arquidiocesano será dedicado a «los pobres más pobres» y que las escuelas católicas diocesanas «abrirán sus puertas en los periodos vacacionales para, además de atender pedagógicamente, dar alimento a niños en edad escolar, y otras iniciativas que se llevarán a cabo para atender a refugiados, excluidos y perseguidos».
«El Año Santo Jubilar se acaba, los frutos permanecen: y el fruto que debe permanecer es el de la misericordia arraigada en nosotros, hecha carne de nuestra carne, y dar testimonio fiel de esa misericordia», expresó el Cardenal Cañizares en su homilía. «Una Iglesia eucarística como la nuestra que guarda esta reliquia única del Santo Cáliz de la Cena no puede ser mas que una Iglesia de la caridad y de la misericordia».
El purpurado recordó el compromiso de la Iglesia en dar «una respuesta de conversión y de renovación» durante el Año de la Misericordia» y alertó sobre los desafíos actuales, entre los cuales destacó » el debilitamiento de la familia», el narcotráfico y el «terrorismo infernal presentado por fuerzas que dicen blasfemamente actuar en nombre de Dios». Ante estas realidades, y ante una sociedad que vive como si Dios no existiera, el Arzobispo motivó a «dirigir la mirada a Dios, porque sólo en Él, en Dios misericordioso, está la esperanza».
Con información de AVAN.
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