Ciudad del Vaticano (Lunes, 21-11-2016, Gaudium Press) Antes del rezo del Ángelus dominical, y después de la misa de Clausura del Año de la Misericordia en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco agradeció al Señor «el don que el Año Santo de la Misericordia ha sido para la Iglesia y para tantas personas de buena voluntad». También agradeció «a los líderes del Gobierno italiano y de las otras instituciones, por su cooperación y compromiso dispensado. Un caluroso agradecimiento a las Fuerzas del Orden, a los operadores de los centros de acogida, información, profesionales de salud y a los voluntarios de todas las edades y procedencias. Agradezco en modo particular al Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, y a quienes han cooperado en sus diversas articulaciones».
También el Pontífice expresó «un recuerdo agradecido» por todos aquellos que «han contribuido espiritualmente a la realización del Jubileo». Son ellas las «muchas personas ancianas y enfermas, que rezaron sin cesar, incluso ofreciendo sus sufrimientos por el Jubileo. En especial me gustaría dar las gracias a las monjas de clausura, en la vigilia del Día Pro Orantibus que se celebra mañana».
El Pontífice también recordó la beatificación del «el Padre Maria Eugenio del Niño Jesús, de la Orden de los Carmelitas Descalzos, fundador del Instituto secular «Nuestra Señora de la Vida», hombre de Dios, atento a las necesidades espirituales y materiales del prójimo. Que su ejemplo y su intercesión sostengan nuestro camino de fe».
«Deseo saludar cordialmente a todos ustedes que han venido desde diferentes países para el cierre de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro. Que la Virgen María nos ayude a todos a conservar en el corazón y a hacer fructíferos los dones espirituales del Jubileo de la Misericordia», concluyó el Papa.
Con información de Radio Vaticano
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