Ciudad del Vaticano (Lunes, 21-11-2016, Gaudium Press) Dios llora por nuestra infidelidad. Estas fueron palabras del Santo Padre en la homilía de la Misa celebrada el viernes en la Casa Santa Marta.
El Papa Francisco hizo esta afirmación cuando recordó que Jesús lloró sobre Jerusalén diciendo: «Porque tú no reconociste el tiempo en que fuiste visitada».
En las palabras de las Sagradas Escrituras, Jesús llora y recuerda la historia de «su pueblo»: hace memoria de los pasos de profetas como Osías y Jeremías, cuando expresan el amor de Dios por Israel.
De un lado, este amor sin medidas y, del otro, «la respuesta egoísta, desconfiada, adúltera e idolátrica del pueblo» – afirmó el Papa:
«Es eso que hace doler el corazón de Jesucristo, esta historia de infidelidad, esta historia de no reconocer los cariños de Dios, el amor de Dios, de un amor apasionado que nos busca, que se preocupa con nuestra felicidad. Jesús vio en aquel momento lo que lo aguardaba como Hijo. Y lloró…»
El Santo Padre recordó la liturgia que hace algunos días atrás propuso una reflexión sobre los tres momentos de la visita de Dios: para corregirnos, para entrar en relación con nosotros y «para invitarse a nuestra casa».
Cuando Dios quiere corregir, invita a cambiar de vida. Cuando quiere hablar con nosotros, dice: «Yo golpeo a la puerta y llamo.»
A Zaqueo, para recibir la invitación, el Señor le dijo que descendiese del árbol.
También a nosotros Dios quiere visitar y para tal tenemos que hacer un examen de consciencia – observó el Papa:
Nosotros podemos caer…
El Santo Padre, sacando una lección de la historia sagrada, enseñó:
«Cada uno de nosotros puede caer en el mismo pecado del pueblo de Israel, en el mismo pecado de Jerusalén: no reconocer el tiempo en el cual fuimos visitados. Y todos los días el Señor nos visita, todos los días golpea a nuestra puerta»
¿Usted hace todos los días un examen de consciencia sobre eso?
¿Hoy el Señor me visitó? ¿Yo oí alguna invitación, alguna inspiración para seguirlo más de cerca, para hacer una obra de caridad, para rezar un poco más?
No sé, son tantas cosas a las cuales el Señor nos invita cada día para encontrarse con nosotros».
El Papa además afirmó que esta «historia de no reconocer las caricias de Dios es lo que causa dolor al corazón de Nuestro Señor Jesucristo
Tengo miedo de no reconocerlo…
Al final de la homilía, el Papa Francisco recordó una afirmación de San Agustín. Él afirmaba tener miedo de Jesús cuando pasa, pues, «tengo miedo de no reconocerlo».
El Papa pidió al Señor que nos dé la «gracia de reconocer el tiempo en que fuimos visitados, somos visitados y seremos visitados para abrir la puerta a Jesús». (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de RV)
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