Exorcista expresa preocupación por hábitos de jóvenes actuales

Washington (Lunes, 28-11-2016, Gaudium Press) Un sacerdote exorcista entrevistado por Patti Armstrong del National Catholic Register expresó su preocupación por el menor discernimiento entre el bien y el mal entre los jóvenes actuales. Los cambios de los hábitos y el alejamiento de Dios e incluso también de la razón pueden poner a muchas personas en grave riesgo espiritual, alertó.

Foto: Claire Thompson.

El sacerdote, identificado en la nota bajo el nombre de Padre Patrick para proteger su identidad, explicó en seis años de ministerio de exorcismo en una Diócesis ha visto aumentar los casos de influencia preternatural. Entre los motivos se encuentran una curiosidad peligrosa por el ocultismo: «Hay menos profundidad. Los niños buscan respuestas en Internet y terminan en lugares que desorientan su moralidad y su discernimiento entre el bien y el mal», alertó. «Han perdido la habilidad para distinguir lo que es santo y bueno».

Una de las causas de esta situación es la marginación de la religión en las escuelas y el hecho de que Dios no tenga un lugar preponderante en su lógica y en su razón. «Aristóteles y otros formidables filósofos no considerarían esto como algo bueno», expresó. Los procesos mentales también han cambiado en su interior al realizar múltiples actividades simultáneas. «Ellos no se dan cuenta de que no son capaces de integrar y analizar información en una profundidad real», lo que los hace vulnerables a las agendas y los modelos incluso si son contrarios a su fe. La representación de la magia y lo oculto en los medios de comunicación como algo positivo contribuye a nublar su discernimiento.

En lugar de recomendar una prohibición directa de todos los contenidos, el sacerdote aconsejó a los padres de familia motivar una discusión profunda sobre las propuestas culturales. Por ejemplo, recomendó contrastar a los personajes de ficción con los Diez Mandamientos para que los jóvenes identifiquen las fallas y los problemas morales estructurales como la ausencia de relación con Dios, el empleo de recursos mágicos y fuerzas malignas en lugar del poder del Espíritu Santo, así como los comportamientos reprochables.

«Los padres no deberían tener miedo de sentarse con sus hijos y hablar acerca del mal. Déjenles saber que realizar hechizos realmente invoca demonios que al final desean controlarlos y destruirlos. Ellos podrían comenzar siendo amigables pero no desean ser sus amigos», recordó el presbítero. «El testimonio no es suficiente, de cualquier modo. Es importante que los padres compartan y expliquen lo que su propia fe significa para ellos para contrarrestar el efecto de la cultura que deforma a los jóvenes fuera de la religión».

Con información de National Catholic Register.