Redacción (Miércoles, 30-11-2016, Gaudium Press) «Estamos aquí con esta tragedia, intentando entender ese momento difícil para toda la región, principalmente para los familiares de las víctimas».
Estas palabras fueron proferidas por el obispo de Chapecó, Mons. Odelir José Magri. En entrevista concedida a la Radio Vaticana, el prelado comentó el lamentable episodio del desastre aéreo en Medellín, Colombia, que terminó con la muerte de jugadores y comisión técnica de la Asociación Chapecoense de Fútbol y de profesionales de la prensa que acompañaban a la delegación del equipo de Santa Catarina.
Al contar sobre la noticia que dejó a los habitantes de Chapecó sorprendidos y, al mismo tiempo, entristecidos con el hecho, Mons. Odelir afirmó que la diócesis ya realizó diversas acciones en homenaje a los fallecidos. Un video con mensajes de apoyo a los familiares y una Santa Misa celebrada en la tarde de este martes 29, en la Catedral Metropolitana, por intención a los muertos, fueron algunas de las iniciativas promovidas por el obispado.
Después, el prelado expresó un mensaje de Fe y apoyo a los fieles y familiares de los atletas de Chapecoense y demás involucrados con la tragedia aérea:
«En este momento, cualquier palabra parece no tener la fuerza necesaria para expresar lo que estamos sintiendo. En todo caso, en este momento, nuestra actitud será de presencia, de acompañar, de solidaridad, de participar de ese dolor con las familias, los amigos, y después, toda la familia chapecoense, los deportistas que estaban tan animados para esta fiesta de la final. Vamos estar juntos, aceptando este momento trágico, y al mismo tiempo, renovando ese sentido que la muerte no es el final de todo, ella trae dolor y sufrimiento, pero la vida continúa y, por tanto, la Fe debe ser un punto de fortaleza para todos, especialmente para los familiares, para continuar la vida, para continuar luchando y guardando entonces como punto de motivación. El ejemplo bonito que este equipo estaba dando, cada persona individualmente, vistiendo esa camiseta, y luchando juntos por un sueño. Queda de ellos ese aspecto bonito de un equipo que – sin grandes recursos económicos – pero en el sentido bonito de equipo, de fuerza asociativa, no era solo los jugadores, la dirección. Toda la caminata del club queda como legado que ciertamente deberá ser continuado. En este momento, nuestra presencia y solidaridad, diciendo que la vida continua. Vamos para adelante. Es posible recomenzar». (LMI)
De la redacción Gaudium Press, con información de Radio Vaticana.
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