Toledo (Jueves, 01-12-2016, Gaudium Press) Ayer tomó posesión el nuevo Deán de la Catedral de Toledo, Primada de España, Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche quien fuera Sub-secretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y Consiliario de la Federación Mundial de Obras Eucarísticas. Sucede en el cargo a Mons. Juan Sánchez Rodríguez.
Don Juan Miguel responde algunas preguntas sobre su nueva tarea en la Iglesia:
Ud. ha prestado varios servicios a la Archidiócesis Primada como profesor, párroco, Rector del Seminario, Ecónomo diocesano, Vicario General, canónigo mozárabe y ahora Deán de la Catedral. ¿Qué significa para Ud. ese nombramiento del Señor Arzobispo y el haber sido propuesto en una terna por sus pares?
Estoy profundamente agradecido al Sr. Arzobispo, don Braulio [Rodríguez Plaza], por la amabilidad y generosidad con que me acogió tras mis cinco años de servicio a la Santa Sede y, ahora, confiándome la tarea de presidir nuestro Cabildo Primado, una Institución de riquísima historia y, aun hoy, de gran importancia en Toledo para la Archidiócesis y la Ciudad. Del mismo modo, agradezco a mis hermanos Capitulares el haberme incluido en la lista de nombres que propusieron al Sr. Arzobispo, como sugerencia para el nombramiento de un nuevo Deán.
En el mundo actual de las nuevas tecnologías, ¿qué sentido tiene una institución, que algunos podrían considerar anacrónica, como un Cabildo?
Los Cabildos son Instituciones muy antiguas pero que por su carácter colegial y su sistema interno de funcionamiento: por deliberación, libertad de palabra y opinión y decisión por voto de los miembros, son, con los concejos o las juntas vecinales, verdaderos antecedentes de las actuales instituciones democráticas. Nada de anacronismo. Es más, por su ya milenaria subsistencia, prueba de su solidez y eficacia, auténticos modelos para otras instituciones de nuestra cociedad.
Pero esto no quita para que, dentro de su tradición identitaria, los Cabildos tengan hoy que hacer un esfuerzo de adaptación y servicio a las Diócesis y formas de trabajo pastoral actuales y a la Sociedad civil contemporánea y sus retos. La Catedral, bajo el Obispo y atendida por el Cabildo y el personal de la misma, ha de seguir siendo lugar de referencia para el Culto y la oración, foco de custodia y promoción de la cultura, lugar referencial de Iniciación y evangelización y casa de intenso testimonio de caridad.
La Liturgia -enseña Benedicto XVI- es donde a la Iglesia «más se la experimenta realmente como Iglesia» y el papa Francisco enseña también que «es la presencia de la gloria de nuestro Dios». Tomando en consideración estas ideas, a juicio suyo ¿cuál sería el papel de la Liturgia en la Evangelización y específicamente en una Catedral como la de Toledo, que recibe miles de turistas y peregrinos del mundo entero?
La liturgia, vivida en toda su riqueza espiritual y con la plena expresividad de su belleza, como puede ser celebrada en nuestra Catedral, es el aliento y el soporte de toda la vida cristiana (no toda la vida, su aliento y soporte, hay más cosas que hacer como verdadero cristiano). Además desde su dimensión de signo, que es la que ha generado en los siglos la construcción y desarrollo del edificio de la Catedral, lo que contiene y lo que en él se viene haciendo en ella, la Catedral tiene un valor apologético y evangelizador, que hemos de esforzarnos por explotar al máximo. Pero no basta que entre la gente, no basta una explicación histórica y menos puramente anecdótica. El Cabildo viene trabajando con las asociaciones de guías profesionales y con otras empresas didácticas (presentaciones, audioguías) para mejorar esta ayuda de cara a visitar y vivir la Catedral. No obstante la calidad de la vida litúrgica cotidiana de la Catedral es una de sus mayores bazas de cara a un impacto social eficaz y evangelizador.
La Catedral de Toledo es por su belleza una de las más hermosas del mundo en la expresión del Papa Benedicto XVI. En la línea de la pregunta anterior, si la belleza salvará al mundo según Dostoyevski, ¿qué retos tiene el nuevo Deán para el mantenimiento y a la mejora del templo catedralicio?
Mucho se ha hecho en nuestra Catedral desde el pontificado de don Marcelo González Martín hasta hoy por restaurar y conservar la Catedral y sus tesoros de arte, religión y cultura. Creo que todos lo reconocen y valoran, hay que seguir en esta estela sin descuidar cuestiones internas, menos visibles e impactantes, pero de vital importancia para que la Catedral preste su servicio a la Iglesia y a la Sociedad. Como en todo equipo de trabajo el cuidado de las personas y la calidad de su trabajo coordinado y en verdadera comunión es decisivo.
¿Qué aspectos destacaría de la labor de su predecesor Mons. Juan Sánchez Rodríguez como Deán de la Catedral?
Don Juan, con su experiencia de gestor y su buen talante, ha sabido concitar confianza y relación fluida con las diversas instituciones, lo que ha permitido tener a la Catedral metida de lleno en la vida de la Ciudad y suscitar los acuerdos de voluntades, dentro y fuera del Cabildo, para poder emprender muchas iniciativas para el cuidado y mejora de la Catedral y para el bien común de la Sociedad.
¿Cómo implicar más la comunidad diocesana con la vida de la Catedral, especialmente en lo que se refiere al Venerable Rito Hispanomozarabe y a la participación en la Misa dominical?
La Catedral tiene hoy que insertarse cada vez más en la vida de la Comunidad Diocesana a todos los niveles y eso ha de servir para crear entre ella y, principalmente, las Parroquias de la Ciudad, las Comunidades Religiosas y los Centros de Formación católicos una verdadera acción pastoral integrada y conjunta. Esto ya se viene impulsando y hemos de seguir trabajando en esta línea. La Pastoral en las ciudades cada vez se puede concebir menos como un agregado de planetas autónomos. Desde el respeto al Código de Derecho Canónico hemos de potenciar todo lo que crea y favorece la comunión y un trabajo unitario y coordinado de todas la Instituciones y agentes de pastoral. Cada uno, en la práctica, ha de pensar menos en sus «derechos» y «jurisdicciones» y esforzarse por una propuesta evangelizadora y eclesial variada, complementaria y coherente.
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