domingo, 24 de noviembre de 2024
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En la Casa Santa Marta, Pontífice aconseja a no resistir a las gracias de Dios

Ciudad del Vaticano (Viernes, 02-12-2016, Gaudium Press) En la exhortación del Papa Francisco a lo largo de la Misa celebrada ayer en la Casa Santa Marta, el tema reflexionado por los fieles fueron las resistencias a la gracia de Dios.

Según el Pontífice, es preciso encontrar esas resistencias y pedir ayuda a Dios, a fin de reconocernos como pecadores.

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Ya al inicio de su homilía, el Papa pronunció una frase de la oración de la colecta: «Que tu gracia venza las resistencias del pecado». En seguida, se concentró sobre las resistencias en la vida cristiana.

De acuerdo con el Santo Padre, «las resistencias escondidas» son las más peligrosas, porque son las que no se muestran. «Cada uno de nosotros tiene el propio estilo de resistencia escondida a la gracia», dijo. Con todo, es necesario localizarlas y colocarlas delante de Dios, para que Él nos purifique.

«Pero esas resistencias escondidas, que todos tenemos, ¿cómo son? Siempre vienen a detener un proceso de conversión. ¡Siempre! Es detener, no es luchar contra. ¡No, no! Es estar parado; sonreír, tal vez: pero usted no pasa. Resistir pasivamente, de manera escondida. Cuando hay un proceso de cambio en una institución, en una familia, yo oigo decir: ‘Hay resistencias allí’ (…) ¡Pero gracias a Dios! Si no existiesen, la cosa no sería de Dios. Cuando hay esas resistencias es el diablo que las siembra allí, para que el Señor no prosiga», declaró.

Al comentar los tipos de resistencias escondidas, el Papa ejemplificó una de ellas, la de las «palabras vacías», citando el Evangelio del día, cuando Jesús dice que no todo el mundo que diga «Señor, Señor» entrará en el reino de los cielos. Así como en la parábola de los dos hijos, cuando el Padre los invita a la viña y uno dice «no» y después acaba yendo, el otro dice «sí» y no aparece:

«Decir sí, todo sí, muy diplomáticamente; pero es ‘no, no, no’. Tantas palabras: ‘Sí, sí, sí; ¡cambiaremos todo! ¡Sí!’, para no cambiar nada, ¿no? Allí está el camuflaje espiritual: los que todo sí, pero que es todo no. Es la resistencia de las palabras vacías».

Después, prosiguió, existe la resistencia «de las palabras justificadoras», o sea, cuando una persona se justifica continuamente.
Cuando las justificaciones son muchas, «no hay el buen olor de Dios», sino «existe el mal olor del diablo».

«El cristiano no precisa justificarse», aclaró Francisco. «Fue justificado por la Palabra de Dios». Se trata de resistencia de las palabras «que buscan justificar mi posición para no seguir aquello que el Señor nos indica», completó el Pontífice.

Por último, la resistencia «de las palabras acusatorias» es resultante de cuando se acusan a los otros para no mirar para sí mismos y que no se necesita de conversión, lo que hace que la persona resista a la gracia.

«Les digo para no tener miedo cuando cada uno de ustedes, cada uno de nosotros, ve que en su corazón existen resistencias. Digan claramente al Señor: ‘Mira, Señor, yo busco cubrir eso, hacer aquello para no dejar entrar su palabra. Señor, con gran fuerza, socórreme. [Que] Tu gracia venza las resistencias del pecado’. Las resistencias son siempre un fruto del pecado original que nosotros llevamos. ¿Es feo tener resistencias? ¡No, es bonito! ¡El hecho es tomarlas como defensa de la gracia del Señor. Tener resistencia es normal. Es decir: ¡Soy pecador, ayúdame Señor! Preparémonos con esta reflexión para la próxima Navidad», expresó el Papa. (LMI)

De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Radio Vaticana

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