Buenos Aires (Viernes, 02-12-2016, Gaudium Press) Convocados por los senadores Ada Iturrez de Cappellini, Gerardo Zamora y Gerardo Montenegro, ayer el senado argentino rindió homenaje a María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, beatificada el pasado 27 de agosto en Santiago del Estero.
Datos biográficos
Mama Antula nació en Villa Silípica, Santiago del Estero, en 1730. Desde muy joven se vinculó con los jesuitas ayudando en la organización de los ejercicios espirituales. Para ello se reunió con un grupo de jovencitas que vivían en común, oraban, realizaban obras de caridad y colaboraban con los sacerdotes jesuitas. Tras la expulsión de la comunidad de los jesuitas ocurrida en 1767, María Antonia, junto con su grupo, se encargó de continuar con los ejercicios espirituales organizándolos en Santiago del Estero, Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca y La Rioja. Años después, en 1795, funda en Buenos Aires la Casa de Ejercicios Espirituales, que aún hoy sigue en su misión.
Un salón pequeño…
En el evento en el Salón Azul del Congreso -que resultó insuficiente para albergar a los que querían homenajear a la Beata-, disertaron acudieron además los teólogos jesuitas Ignacio Pérez del Viso y Alfredo Sáenz y la historiadora Alicia Fraschina.
En mensaje enviado por la gobernadora de la provincia de Santiago del Estero, se expresa que»el impacto que nuestra Mama Antula produjo en la comunidad de nuestro país», al tiempo que manifestó su deseo de que la laica consagrada santiagueña sea declarada santa. Asimismo la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, envió su saludo en formato de video y aseguró que «todos llevamos en el corazón a esta mujer santiagueña maravillosa, ejemplo de compromiso y de entrega».
«La Beata Mama Antula es una bendición de Dios para nuestra Iglesia y nuestra Patria»
Por su parte Mons. Vicente Bokalic CM, obispo de Santiago del Estero, en comunicación escrita que fue leída manifestó que «la Beata Mama Antula es un regalo y una bendición de Dios para nuestra Iglesia y nuestra Patria. Con el ejercicio heroico de la virtud de la fe, que le dio la fuerza para recorrer a pie y descalza la desolada Argentina, con miles de kilómetros de extensión entre provincia y provincia, su extraordinaria esperanza y su inmensa caridad hacia Dios y hacia el prójimo, Mama Antula se convirtió en un instrumento fiel en las manos del Señor y, a través de su luminoso apostolado, delineó la vida cristiana de una parte importante del Virreinato del Río de la Plata».
«Ciertamente -puntualizó-, el entusiasmo por los ejercicios ignacianos en los comienzos del Estado argentino, llevó a varios de sus patriotas a participar de ellos organizados por esta valiente mujer. Mujer que afrontó con total confianza en la Providencia Divina cada circunstancia de la vida, especialmente en los momentos de prueba. Mama Antula decía: «Se me proponen varios impedimentos: el mundo está un poco alterado; los superiores no muy flexibles; los vecinos vacilando sobre mi misión; otros la reputan de fatua; en suma, cooperan a ellos rumores frívolos; empero la providencia del Señor hará llanos los caminos, que a primera vista parecen insuperables».
P. Sáenz: «Catalina de Rusia y Mamá Antula salvaron la Compañía de Jesús»
Por su parte el padre Alfredo Sáenz SJ recordó que los primeros jesuitas -dos sacerdotes y un hermano coadjutor- llegaron a Santiago del Estero hacia 1585 y fundaron un colegio, el primero de la Argentina.
Dijo que dos mujeres salvaron la Compañía de Jesús: Catalina de Rusia, que en la Rusia ortodoxa les permitió seguir actuando, y Mama Antula. Recordó anécdotas como cuando al llegar a Buenos Aires fue apedreada por unos muchachos y se guareció en la capilla que hoy es la parroquia de La Piedad. Y su valentía al tratar con el obispo y el virrey Vértiz, que era un enemigo visceral de los jesuitas. Dijo que entonces no se podía celebrar aquí la fiesta litúrgica de San Ignacio. Pero María Antonia, con su Manuelito (su Niño Dios, el Emanuel) en los brazos, fue superando todas las dificultades. Y está enterrada en la parroquia de la Piedad, cerca de donde sufrió burlas y pedreas, y donde buscó ayuda en la Virgen de los Dolores.
Con información de Aica
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