viernes, 22 de noviembre de 2024
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La "santa ambición" de Sor Lucía de Fátima

Coimbra (Martes, 06-12-2016, Gaudium Press) El informativo estadounidense National Catholic Register destacó uno de los poco conocidos contenidos de la correspondencia de una de las videntes de Fátima, Sor Lucía, quien falleció en 2005. En una comunicación a una religiosa en 1970, la hermana Lucía expresó un deseo devoto por una mayor exaltación del Santo Rosario, la oración vivamente recomendada por la Santísima Virgen en las apariciones.

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Sor Lucía de Fátima. Foto: Religión en Libertad. 

La carta, dirigida a la Madre Martins, es un elogio del Santo Rosario, el cual fue calificado por la religiosa como una «oración trinitaria y eucarística». Al final de la comunicación, la vidente confió uno de sus deseos más íntimos: «Tengo grandes esperanzas en que, en un futuro no muy distante, la oración del Santo Rosario sea proclamada oración litúrgica, porque todas sus partes comparten en la Sagrada Liturgia de la Eucaristía».

Este deseo no dista mucho de los orígenes mismos del rezo del Santo Rosario, de los cuales comenta el Catecismo de la Iglesia Católica en su numeral 2678 : «La piedad medieval de Occidente desarrolló la oración del Rosario, en sustitución popular de la Oración de las Horas», es decir, una forma en la cual los laicos pudieron participar de la oración comunitaria a imitación de los religiosos, quienes cuentan con el Oficio Divino como parte importante de su vida espiritual.

La Iglesia Católica de hecho celebra a Nuestra Señora del Rosario con una memoria litúrgica propia y numerosas referencias y recomendaciones de esta oración por parte de los Pontífices. En la Carta Encíclica de San Juan Pablo II dedicada especialmente a esta oración, el Papa expresó su relación con la liturgia: «esta oración no sólo no se opone a la Liturgia, sino que le da soporte, ya que la introduce y la recuerda, ayudando a vivirla con plena participación interior, recogiendo así sus frutos en la vida cotidiana».

Este apoyo de la devoción del Santo Rosario a la vida sacramental y al liturgia es descrita por Sor Lucía en esa misma carta: «La oración de Rosario, después de la Liturgia de la Santísima Eucaristía, es lo que más nos introduce al misterio íntimo de la Santísima Trinidad y la Eucaristía, lo que más nos lleva al espíritu de los misterios de la Fe, la Esperanza y la Caridad».

Con información de National Catholic Register.

 

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