Bogotá (Martes, 06-12-2106, Gaudium Press) Mañana 7 de diciembre Colombia vive una noche llena de luces, faroles y velitas, gracias a una tradición que por generaciones ha sido un acto de manifestación de fe y piedad mariana en el país andino. Todo se realiza en torno a la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen.
Su origen
Con la bula ‘Innefabilis Deus’ del 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX proclamó: «Declaramos, pronunciamos y definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles». Desde entonces la Iglesia Universal celebra el 8 de Diciembre la fiesta de la Inmaculada Concepción.
En Colombia, este privilegio singular de la Madre de Dios se comienza a celebrar la víspera, cuando en casi todos los hogares se encienden velas y faroles, pues se considera que la luz comienza a brillar con la concepción de la Madre de la Luz.
La tradición y Oración de los Colombianos
En algunos hogares del país, se sigue un ritual esa noche. Luego de un momento de silencio las personas se piden perdón las unas a las otras por la oscuridad que se han podido generar con actitudes, palabras y obras con dos gestos: Rezando juntos una oración conocida de perdón o una que se realice en el momento.
Después los presentes se dan un fuerte abrazo de paz, y se hace una oración pidiendo la paz y el progreso en la virtud.
Tras ello, y acompañado comúnmente con el servicio de viandas y bebidas, la familia procede a encender velitas, faroles, y en algunos lugares se festeja también con juegos pirotécnicos.
También los cantos acompañan el rito, como el conocido «María la blanca paloma». También frecuentemente se rezan el Padre Nuestro, tres avemarías y oración final, cuando no el Rosario completo.
Oración a la Virgen
Santísima Virgen María, al encender las luces que llenarán de colores esta Navidad, acoge maternalmente a los niños y niñas, a los jóvenes, a los ancianos y enfermos, a las personas que viven solas, a las familias y a todos los que habitamos en esta maravillosa tierra colombiana, para que todos los anhelos que llevamos en el corazón se hagan realidad, y brilles en nuestras oscuridades, como luz amiga, luz fiel, luz inagotable. Tú eres la estrella de la mañana que conoces e iluminas nuestras noches. AMEN. (SMVrevscm)
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