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San José (Viernes, 18-09-2209, Gaudium Press) La Conferencia Episcopal de Costa Rica divulgó ayer, un comunicado oficial en el cual afirma que está contra el proyecto de ley que propone un cambio en la Constitución del país. La modificación pretende tornar a Costa Rica en un Estado laico, alterando el catolicismo como religión oficial, así como intenta eliminar la palabra «Dios» de los juramentos oficiales.
La idea del proyecto de ley es del «Movimiento por un Estado Laico en Costa Rica», creado en 2008 por entidades civiles y firmado por diputados de los partidos Liberación Nacional, Acción Ciudadana, Unidad Social Cristiana, Frente Amplio y Movimiento Libertario.
Los obispos explicaron que este proyecto de ley propuesto por el grupo es, en realidad, una forma de aprovechar «la oportunidad para impulsar su propia agenda». Según los prelados, el grupo manifiesta oposición a los «valores del Evangelio y de la ética cristiana que la Iglesia enseña» y sus intereses «les obstaculiza la búsqueda del auténtico bien común y les desautoriza como supuestos defensores de la libertad religiosa en el país».
Los obispos costarricenses aseguran que la actual Constitución «permitió, históricamente, una sana, respetuosa y equilibrada colaboración entre el Estado y la Iglesia en aras del desarrollo integral de Costa Rica. Afirmar lo contrario es ignorar la historia».
El presidente de la Conferencia Episcopal mencionó el artículo 75 de la Carta Magna, que aunque defienda la libertad de creencia, indica que el catolicismo es la religión oficial del Estado. La reforma visa la alteración de los artículos 75 y 194 de la Constitución.
Los obispos dejaron en claro que su oposición al proyecto se fundamenta en la «defensa de principios y valores que favorezcan una auténtica democracia, y no en la búsqueda de supuestos privilegios pues, una democracia sin valores se torna fácilmente en una dictadura y termina traicionando al pueblo».
Para el Movimiento, la aprobación de la ley contribuirá a fortalecer la democracia, pues «la intención del proyecto no es emprender una cruzada contra la Iglesia Católica u otras Iglesias, sino conferir una condición de igualdad a todos los ciudadanos y habitantes del país».
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