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Ciudad del Vaticano (Martes, 20-12-2016, Gaudium Press) El pasado 17 de diciembre, el Papa Francisco recibió en audiencia más de 300 miembros de la Comunidad de Nomadelfia, que es conocida por su acción caritativa de acogida a los niños y ancianos.
El Adviento fue el tema de las palabras del Papa.
Francisco dijo que este período litúrgico nos ayuda a meditar en el misterio del Hijo de Dios que, con su nacimiento, trajo al mundo la luz y la paz.
El Santo Padre quiso reafirmar que Dios se revela no como quien está en lo alto y domina el universo, sino como aquel que se agacha y desciende, asumiendo el aspecto frágil de un niño:
«De este modo, Dios nos enseña que no debemos colocarnos por encima de los otros, sino que somos llamados a agacharnos, a servir con amor a los más débiles, a hacernos pequeños con los pequeños».
Mons. Zeno
Y el Papa apuntó el ejemplo de Mons. Zeno Saltini, fundador de la Comunidad. Él supo superar dificultades e incomprensiones para llevar la buena semilla del Evangelio incluso a los terrenos más áridos, dijo Francisco.
Para el Papa, Mons. Zeno es hoy ejemplo del fiel discípulo de Cristo que, a imitación del Divino Maestro, se inclina a los sufrimientos de los más débiles y de los más pobres, tornándose testigo de una caridad incansable.
El Santo Padre alentó a la Comunidad a hacer fructificar los gérmenes de bien que el fundador sembró, animado por pasión evangélica y sincero amor a la Iglesia.
«Vuestro patrimonio espiritual, dijo Francisco, está ligado de modo especial a la vida de fraternidad, caracterizada en particular por la acogida a los niños y el cuidado especial a los ancianos».
El Papa hizo también algunas recomendaciones a la Comunidad de Nomadelfia:
«Os aliento a dar a la sociedad este ejemplo de solicitud y ternura tan importante. No os canséis de cultivar y alimentar este diálogo entre las generaciones, haciendo de la fe vuestra estrella polar y de la Palabra de Dios, la lección principal a asimilar y vivir en la realidad de la vida cotidiana».
Pidiendo que no sea olvidado en las oraciones de todos, el Pontífice concluyó deseando a todos un buen camino hacia la Navidad para poder celebrarla con alegría y paz del corazón, deseando además que «Que Dios os bendiga y la Virgen María os proteja». (JSG)
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