Ciudad del Vaticano (Jueves, 22-12-2016, Gaudium Press) El Papa Francisco, a través del Secretario de Estado de la Santa Sede, Cardenal Pietro Parolin, hizo llegar a Mons. Guillermo Ortiz Mondragón, Obispo de la Diócesis de Cuautitlán, México, un mensaje de condolencia por la reciente explosión ocurrida en el mercado de San Pablito en Tultepec.
El Pontífice «eleva oraciones al Señor y encomienda muy especialmente a su misericordia el eterno descanso de todas las víctimas, así como a los heridos y a sus familias», según afirma la comunicación entregada por la Nunciatura Apostólica en el país. «El Papa Francisco, invocando la maternal intercesión de la Santísima Virgen María de Guadalupe, les imparte de corazón la confortadora bendición apostólica, como signo de esperanza cristiana en el Señor resucitado».
El Obispo de Cuautitlán lamentó la tragedia que afecta a un numeroso grupo de trabajadores que trabajan en la elaboración de la pirotecnia empleada especialmente en las fiestas de fin de año. «Desde hace muchos años este pueblo se ha dedicado a diversas artesanías, sobre todo a la pirotecnia, que les ha permitido reconocimiento y premios en todo el mundo», recordó el prelado.
«Desde esta tarde (día 20 de diciembre), pero de manera especial el día de mañana, celebraremos la Eucaristía en la esperanza de la resurrección de nuestros difuntos y por la pronta recuperación de los afectados tanto en su salud como en su trabajo», anunció el Obispo. «Pedimos a toda la comunidad eclesial que camina en nuestra nación, unirnos en oración por quienes perdieron la vida; por los heridos, muchos de ellos graves; los desaparecidos, por los familiares de ellos; especialmente de los locatarios cuya fuente de trabajo ha desaparecido».
Por su parte, el Cardenal Norberto Rivera Carrera, Arzobispo Primado de México, expresó su pesar por la tragedia, uniéndose «al dolor que embarga a familiares y amigos de las víctimas, así como a la pena del Obispo de la Diócesis de Cuautitlán», y pidió a todos los fieles su oración «por el eterno descanso de las personas fallecidas, y por la pronta recuperación de los heridos, así como para que conceda cristiana resignación a los deudos ante esta lamentable desgracia».
«Que Santa María de Guadalupe, nuestra amorosa Madre, interceda por el eterno descanso de quienes han perdido la vida y acompañe y de consuelo en todo momento a sus familiares y amigos», concluyó.
Con información de Conferencia del Episcopado Mexicano y SIAME.
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