Ciudad del Vaticano (Lunes, 26-12-2016, Gaudium Press) Ayer, la Iglesia conmemoró la fiesta litúrgica de San Esteban, el protomártir, primer mártir de cuyo martirio participó el que después fue el Apóstol de las Gentes, San Pablo. El Papa Francisco en la meditación del Ángelus dominical habló de la figura de este gran santo, ante miles de fieles que lo acompañaron en la Plaza de San Pedro.
San Esteban fue objeto de un odio que ya había sido previsto por Jesús. «Jesús preanuncia a sus discípulos el rechazo y la persecución que encontraran, y dice así: «Serán odiados por todos a causa de mi Nombre» (Mt 10, 22). Pero ¿Por qué el mundo persigue a los cristianos? El mundo odia a los cristianos por la misma razón por la cual ha odiado a Jesús, porque Él ha traído la luz de Dios y el mundo prefiere las tinieblas para esconder sus obras malignas», expresó el Papa. Esteban obedece las enseñanzas de Jesús y el mundo lo persigue y lo mata.
Así, «también hoy la Iglesia, para dar testimonio de la luz y de la verdad, experimenta en diversos lugares duras persecuciones, hasta la suprema prueba del martirio. ¡Cuántos de nuestros hermanos y hermanas en la fe sufren injusticias, violencias y son odiados a causa de Jesús!». Para todos ellos, perseguidos por el odio contra Cristo, el Papa tuvo palabras de aliento:
«Hoy queremos pensar en ellos que sufren persecuciones, y estar cerca de ellos con nuestro afecto, nuestra oración y también nuestro llanto. Ayer, en el día de Navidad, los cristianos perseguidos en Irak han celebrado la Navidad en su catedral destruida: es un ejemplo de fidelidad al Evangelio. No obstante las pruebas y los peligros, ellos testimonian con valentía su pertenencia a Cristo y viven el Evangelio comprometiéndose en favor de los últimos, de los más olvidados, haciendo el bien a todos sin distinción; testimonian la caridad en la verdad».
El Pontífice concluyó sus palabras, pidiendo que en estos días navideños renovemos nuestra intención de seguir a Jesús en todas sus vías y a todo momento, rechazando la mentalidad de los dominadores de este mundo. También pidió a la Virgen que nos guíe en este camino.
Con información de Radio Vaticano
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