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Beirut (Miércoles, 28-12-2016, Gaudium Press) Los prelados católicos de rito oriental mencionaron la grave situación de persecución que continúa afectando a los cristianos en Medio Oriente en sus respectivos mensajes de Navidad. El Patriarca Católico Maronita Cardenal Bechara Boutros Rai, deploró el terrorismo «que está asesinando y desplazando a las familias y privándolas de sus derechos y dignidad», mientras que el Patriarca Siríaco Católico Ignace Joseph III Younan manifestó su unión con los creyentes en Irak y Siria, quienes están «privados de la alegría de la Navidad, soportando las horribles consecuencias de la guerra».
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| Los cristianos han podido regresar a algunos territorios recuperados, pero se requiere más para lograr el retorno de las comunidades a sus hogares. Foto: Abouna. |
El Card. Rai pidió el esfuerzo de la comunidad internacional «para encontrar soluciones políticas a las guerras, dirigido a traer paz comprensiva y duradera y la repatriación de los refugiados a sus hogares». Por su parte, Su Beatitud Joseph III Younan llamó la atención sobre los sufrimientos de los perseguidos, causados por su fe en Cristo y su voluntad de «perseverar en la fidelidad a Jesús el Salvador».
«¡Cómo recibirán la Navidad, si no es en lágrimas y ansiedad por su futuro!», exclamó el Patriarca. Incluso en los territorios recuperados para el control de las autoridades, «todavía hay mucho por hacer» para recuperar la confianza de las comunidades a fin de que puedan retornar plenamente a sus territorios. Las condiciones básicas para este fin son la expulsión de los terroristas y la garantía de seguridad para los habitantes.
Por su parte el Patriarca Católico Melquita Gregorio III Laham, advirtió sobre las amenazas a la presencia cristiana en la región, un motivo de oración especialmente en el tiempo de Navidad. «Esta es una oración por la paz de Navidad para que proteja nuestros países sufrientes, especialmente Palestina, Irak y más especialmente nuestra amada Siria», comentó, reiterando su petición por paz y seguridad. «Si los cristianos emigran, es como si Cristo estuviera dejando este país y su tierra de nacimiento».
Con información de Catholic Culture.
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