Madrid (Martes, 10-01-2016, Gaudium Press) Con el propósito de resaltar a la Vida Consagrada como un don de Dios para la Iglesia, y de orar por quienes han entregado su vida a Dios en el servicio de su Iglesia, el próximo 2 de febrero, día de la solemnidad de la Presentación del Señor, se celebrará la Jornada Mundial de la Vida Consagrada; y la Iglesia en España se unirá a la conmemoración de una manera especial reflexionando en el lema «Testigos de esperanza y la alegría».
«Juntos damos gracias a Dios por las Órdenes e Institutos religiosos dedicados a la contemplación o a las obras de apostolado, por las Sociedades de vida apostólica, por los Institutos seculares, por el Orden de las vírgenes, por las Nuevas Formas de vida consagrada y por otros grupos de consagrados, como también por todos aquellos que, en el secreto de su corazón, se entregan a Dios con una especial consagración», escribe Mons. Vicente Jiménez Zamora, Arzobispo de Zaragoza y Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, en un mensaje que ha dirigido con motivo de la Jornada.
«Testigos de la esperanza y la alegría» es el lema de la jornada que ocurrirá el 2 de febrero durante la fiesta de la Presentación del Señor / Foto: CEE. |
Sobre el lema escogido, el prelado señala que la esperanza y la alegría «son dos palabras que atraviesan los mensajes del Papa Francisco a toda la Iglesia y especialmente a la vida consagrada»; y que la presencia de las personas consagradas en la Iglesia, «tiene que ser un signo y semilla de esperanza tanto en ambientes secularizados como en contextos de primer anuncio».
«Para ello es necesario que la vida consagrada, en sus múltiples formas y carismas, viva una renovada unión fraterna y se mueva en las fronteras, en los extrarradios del mundo, en los descampados existenciales, donde tantos están como ovejas sin pastor y no tienen qué comer», agrega el Arzobispo.
Luego, tomando palabras del Papa Francisco, Mons. Jiménez Zamora, señala que «donde hay religiosos hay alegría», ya que, «estamos llamados a experimentar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, sin necesidad de buscar nuestra felicidad en otro lado».
En este sentido, el Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada dice que «hoy hacen falta personas consagradas que nos hablen de la alegría, pero de una alegría profunda y verdadera, que nace de la oración», puesto que «no se puede estar alegre si no se vive en la profundidad de la oración. San Pablo une alegría y oración: ‘Estad siempre alegres. Orad constantemente'».
Prosigue expresando que la esperanza y la alegría caminan unidas, ya que «la esperanza da a la alegría su autenticidad cristiana, pues hace de la alegría presente una pascua continuamente inacabada antes de la pascua definitiva en la que la humanidad resucitada entrará en la plenitud de la salvación. A su vez, la alegría da a la esperanza su verdad, ya que le da la posibilidad de experimentar, como en su fuente y en su fin, lo mismo hacia lo que tiende».
Al concluir el mensaje, el Arzobispo de Zaragoza invita a poner la mirada en María como modelo de alegría y esperanza: «La santísima Virgen María, Mujer consagrada a Dios, es Madre de nuestra esperanza y causa de nuestra alegría. Ella nos enseña a vivir con paz, plenitud y esperanza alegre el seguimiento fiel de nuestro Señor Jesucristo».
La Jornada se celebrará en todas las diócesis españolas con celebraciones eucarísticas especiales en las que se orará por la Vida Consagrada. En la ocasión los consagrados renovarán sus promesas en el seguimiento a Dios y en el servicio a la Iglesia.
Con información de la Conferencia Episcopal Española.
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