Ciudad del Vaticano (Miércoles, 18-01-2017, Gaudium Press) Sean cristianos corajudos, anclados en la esperanza y capaces de soportar momentos difíciles. Esta es la fuerte exhortación del Papa en la Misa matutina de ayer en la Casa Santa Marta.
Los cristianos perezosos son parados y para ellos la Iglesia es un bello estacionamiento, dijo Francisco.
Carta a los Hebreos
El Papa hizo su homilía con base en la Lectura de la Carta a los Hebreos.
El celo del que habla, el coraje de ir adelante debe ser nuestra actitud delante de la vida, como los que entrenaban en el estadio para vencer.
Pero la Lectura habla también de la pereza.
Ella es lo contrario del coraje, dijo Francisco:
«Los cristianos perezosos, los cristianos que no tienen voluntad de ir adelante, los cristianos que no luchan para hacer las cosas cambiar, cosas nuevas, cosas que harían bien a todos si cambiasen. Son los perezosos, los cristianos estacionados: encontraron en la Iglesia un bello estacionamiento. Y cuando digo cristianos, digo laicos, padres, obispos… Todos.»
Los cristianos estacionados
Continuó el Papa:
«¡Y cómo existen cristianos estacionados! Para ellos, la Iglesia es un estacionamiento que protege la vida y van adelante con todas las garantías posibles. Pero esos cristianos parados me hacen acordar una cosa que nuestros abuelos decían cuando éramos niños: ‘Esté atento porque agua parada, que no escurre, es la primera en corromperse'».
El ancla y la Esperanza
Lo que torna a los cristianos corajudos es la esperanza, mientras «los cristianos perezosos» no tienen esperanza, están «jubilados», dijo el Papa. Es bello jubilarse después de tantos años de trabajo, pero, «¡pasar toda su vida jubilado es malo!».
El Mensaje de hoy
La esperanza es ancla a la cual se agarra para luchar inclusive en los momentos difíciles:
«Este es el mensaje de hoy: la esperanza, aquella esperanza que no desilusiona, que va más allá. Y dice: una esperanza que ‘es un ancla segura y firme para nuestra vida’. La esperanza es el ancla: nosotros la lanzamos y quedamos agarrados en la cuerda, pero allí, yendo allí. Esta es nuestra esperanza. No se debe pensar: ‘Sí, pero está el cielo, ah qué bello, voy a estar aquí…’. No. La esperanza es luchar, agarrados a la cuerda para llegar allá. ¡En la lucha de todos los días, la esperanza es una virtud de horizontes, no de cierres!
Tal vez sea la virtud que menos se comprende, pero es la más fuerte».
«La esperanza: vivir en la esperanza, vivir de esperanza, mirando siempre al frente con coraje. ‘Sí, padre -ustedes pueden decirme -, pero existen momentos difíciles, ¿qué debo hacer?’. Agárrese a la cuerda y soporte».
Y el Papa continuó: Cristianos estacionados miran apenas a sí mismos, son egoístas.
«A ninguno de nosotros la vida es regalada», observa Francisco, debemos al contrario tener el coraje de ir adelante y aguantar.
Cristianos corajudos, tantas veces se equivocan, pero «todos se equivocan», dijo el Papa, «erra aquel que va hacia adelante», mientras «aquel que está parado parece no errar». Y cuando «no se puede caminar, porque todo es oscuro, todo está cerrado», usted tiene que soportar, tener perseverancia.
En la conclusión, el Papa Francisco nos invita a preguntarnos si somos cristianos cerrados o de horizontes y si en los malos momentos somos capaces de soportar con la consciencia de que la esperanza no desilusiona: «porque yo sé – afirmó – que Dios no desilusiona»:
«Vamos a hacernos la pregunta: ¿cómo soy yo? ¿Cómo es mi vida de fe? Es una vida de horizontes, de esperanza, de coraje, de ir para adelante o una vida tibia que ni siquiera sabe soportar los malos momentos?»
Oración y conclusión
«Y que el Señor nos dé la gracia, como pedimos en la Oración de la colecta, dijo Francisco, para superar nuestros egoísmos, porque los cristianos estacionados, los cristianos parados, son egoístas. Mirando solamente para sí mismos, no saben levantar la cabeza para mirar para Él. Que el Señor nos dé esta gracia». (JSG)
(De la Redacción de Gaudium Press, con informaciones de RV)
Deje su Comentario