Ciudad del Vaticano (Viernes, 20-01-2017, Gaudium Press) La homilía del Papa Francisco hecha durante la Misa celebrada en la capilla de la Casa Santa Marta el pasado viernes, fue ocasión para advertir a los fieles contra las tentaciones que nos llevan para el camino equivocado y podría tener como título: «La vida cristiana es una lucha, dejémonos atraer por Jesús».
Francisco comentó el pasaje del Evangelio del día que habla sobre la multitud que seguía a Jesús con entusiasmo y que venía de todos los lugares:
«¿Por qué venía esa multitud? «, preguntó el Papa. El Evangelio nos dice que había «enfermos que querían ser curados». Pero había también personas a las que les gustaba «oír a Jesús, porque hablaba no como los doctores, sino con autoridad» y «eso tocaba el corazón». Esa multitud «venía espontáneamente». El Padre atrae a las personas a Jesús
La multitud tocaba el corazón de Jesús
Esas personas iban hasta Jesús y eran tantas que Jesús hasta pedía un barco para distanciarse un poco del margen del mar y poder hablar, recordó el Pontífice:
«¿Esta multitud iba hasta Jesús? ¡Sí! ¿Precisaba? ¡Sí! Algunos eran curiosos, pero esos eran los escépticos, la minoría. Esta multitud era atraída por el Padre: era el Padre el que atraía a las personas a Jesús a tal punto que Jesús no quedaba indiferente, como un maestro estático que decía sus palabras y después se lavaba las manos. ¡No! Esta multitud tocaba el corazón de Jesús».
«El Evangelio nos dice: Jesús se conmovió, porque veía esas personas como ovejas sin pastor. El Padre, a través del Espíritu Santo, atraía a las personas a Jesús.»
Vida cristiana: lucha contra las tentaciones
Francisco subraya que este trecho del Evangelio de San Marcos «habla de Jesús, de la multitud, del entusiasmo», del amor del Señor, y termina hablando de los espíritus impuros, que, cuando veían a Jesús gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».
Y esto generó comentarios del Papa:
«Esta es la verdad; esta es la realidad que cada uno de nosotros siente cuando Jesús se aproxima. Los espíritus impuros intentan impedirlo, nos hacen guerra. ‘Pero, Padre, yo soy muy católico; siempre voy a misa… Pero jamás, jamás tengo esas tentaciones. ¡Gracias a Dios!’ – ‘¡No! ¡Rece, porque usted está en el camino equivocado!’. Una vida cristiana sin tentaciones no es cristiana: es ideológica, es gnóstica, pero no es cristiana. ¡Cuando el Padre atrae las personas a Jesús, hay otro que atrae de modo contrario y provoca la guerra interior! Y por eso Pablo habla de la vida cristiana como una lucha: una lucha de todos los días. ¡Una lucha!». La lucha es para destruir el império de satanás, también en «nuestros corazones».
¿Luchamos contra el mal?
Para el Papa así es la vida Cristiana, «una lucha así. O usted se deja atraer hacia Jesús, hacia el Padre, o puede decir ‘yo me quedo tranquilo, en paz’ «. Si quiere ir hacia adelante «¡es preciso luchar!», exhortó el Papa. El Papa invitó a preguntarse si se siente esa lucha por llegar a Jesús en el corazón. (JSG)
Deje su Comentario