viernes, 22 de noviembre de 2024
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Porqué los corderos para los palios son bendecidos en la fiesta de Santa Inés

Ciudad del Vaticano (Lunes, 23-01-2017, Gaudium Press) Existe una tradición en la cual en el día de la celebración litúrgica de Santa Inés, el Papa bendice dos corderos cuyas lanas blancas serán usadas para confección de los palios para los arzobispos.

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Corderos blancos y Palios

Todos los años, los padres de la Basílica de Santa Inés llevan dos corderos blancos aún jóvenes, para que el Papa bendiga. Este año no fue diferente. El sábado pasado el Papa Francisco fue hasta la Sala de la Capilla de Urbano VIII, en el Vaticano, para donde fueron llevados los dos corderos blancos que el Papa bendijo.

Con la lana extraída de esos corderos, las monjas benedictinas del Monasterio de Santa Cecilia, en Roma, confeccionan el tejido y después hacen palios.

Después de listos, los palios – estolas de blanca lana con seis cruces negras bordadas, símbolo del buen pastor que lleva a la oveja sobre sus hombros- son bendecidos por el Santo Padre y guardados en un arca junto a la tumba del Apóstol San Pedro. Ellos serán entregados por el Santo Padre en la solemnidad de San Pedro y San Pablo Papa (29 de junio) a los nuevos Arzobispos Metropolitanos.

El palio es también un símbolo de unidad con el Santo Padre y de autoridad sobre la propia jurisdicción.

Santa Inés – Iconografía y Devoción

La fiesta de Santa Inés es celebrada el 21 de enero. Ella es considerada la patrona de las jóvenes, las novias, las prometidas en matrimonio, de la pureza y también de los jardineros.

Santa Inés es representada como una niña o joven orando, con diadema en la cabeza y una especie de estola sobre los hombros, en alusión al palio. Es acompañada por un cordero a sus pies o en sus brazos y rodeada de una pira, espada, palma y lirios.

En la iconografía, Santa Inés tiene un cordero en los brazos, por dos motivos: simboliza Jesús, el Cordero de Dios, y también porque el nombre Inés viene del latín, Agnes, asociado a «agnus» que quiere decir cordero.

Todo hace creer que fue de esa relación de nombres que surgió la costumbre de que los corderos blancos sean usados en la iconografía y benditos en su fiesta.

Historia

Inés era una joven hermosa, rica y pretendida por muchos nobles romanos. No aceptó a ninguno de ellos y afirmaba que el rechazo era porque ya estaba comprometida con Cristo. Entonces tuvo inicio la persecución por el hecho de que ella era cristiana.

Fue llevada a una casa de perdición para que allí pecase contra la castidad que ella tanto preserva. Pero, ángeles y señales celestes la protegieron.

Ella fue puesta, entonces en una hoguera que no la quemó. Entonces, ella fue decapitada. Era el año 304.

La hija del emperador Constantino, edificó en honra a Inés una basílica en la Vía Nomentana. Su fiesta comenzó a ser celebrada ya a mediados del siglo IV.

San Ambrosio

San Ambrosio trata de Santa Inés. En su tratado sobre las vírgenes, él afirma que ella murió a los doce años.

El Santo dice que ella «No tenía todavía edad para ser condenada, pero estaba ya madura para la victoria… Así, fue capaz de dar fe de las cosas de Dios una niña que era incapaz legalmente de dar fe de las cosas humanas, porque el Autor de la naturaleza puede hacer que sean superadas las leyes naturales».

Al ser encaminada al martirio, la Santa rezó y dobló la nuca delante del verdugo que temblaba la mano derecha para dar el golpe, mientras ella permanecía calma y serena.

San Ambrosio comenta:

«En una sola víctima tuvo lugar un doble martirio: el de la castidad y el de la fe. Permaneció virgen y obtuvo la gloria del martirio». (JSG)

 

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