Ciudad de Pasay (Lunes, 30-01-2017, Gaudium Press) Una de las devociones características de Filipinas es la del Divino Niño Jesús, especialmente apreciado en su advocación del Santo Niño de Cebú, pero a quien se le rinde culto con la ayuda de numerosas imágenes en todo el país , cada una con su propia historia, sus símbolos y, sobre todo, un gran número de devotos que expresan de forma colorida su fe. Para rendir homenaje al Santo Niño en sus múltiples rostros, se celebró el pasado 29 de enero la Gran Procesión Anual del Santo Niño en la ciudad de Pasay.
La procesión comenzó a las seis de la mañana del domingo, con su punto de partida en la parroquia del Santo Niño en Tondo. Las diferentes imágenes del Niño Jesús fueron llevadas por las principales calles, para las cuales la policía aplicó un esquema de cierres temporales. Las concurridas áreas de Recto, Moriones y Juan Luna fueron parte del recorrido que regresó al templo al final de su ruta.
Los devotos no sólo veneraron las diferentes imágenes, sino que trajeron las suyas propias, frecuentemente entronizadas en sus hogares y especialmente decoradas por los fieles. Los niños también se vistieron con los atuendos alusivos a las diferentes advocaciones. En otra manifestación de fe posterior, danzantes realizaron un recorrido penitencial con vestuarios tradicionales y culminaron su ruta en el templo del Santo Niño de Pandacan.
La devoción al Santo Niño está fuertemente arraigada en la identidad filipina, ya que una imagen del Divino infante fue el obsequio de bautismo de las primeras conversiones a la fe en la expedición de Magallanes. Esta imagen reapareció milagrosamente en una choza incendiada cuando los misioneros agustinos llegaron al territorio y se conserva y venera actualmente en la ciudad de Cebú y concentra cada año una de las mayores manifestaciones públicas de la fe católica en el mundo.
Con información de CBCP News y Journal Filipinas.
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