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Ciudad del Vaticano (Miércoles, 01-02-2017, Gaudium Press) Delante de millares de personas reunidas en la Plaza de San Pedro el pasado domingo, para la recitación del Ángelus, el Papa Francisco se asoció al 64º Día Mundial de Lucha contra la Lepra.
La lepra, actualmente conocida también como hanseniasis, continúa afectando a millones de personas en todo el mundo, alertó el Papa: «Esta enfermedad, a pesar de haber disminuido [su incidencia y propagación], todavía está entre las más temidas y afecta a los más pobres y marginados». «Aliento a los que están empeñados en el auxilio y en la reinserción social de las personas afectadas por la lepra, para las cuales aseguro mi oración», dijo Francisco.
Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral
El prefecto del nuevo Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, cardenal Peter Turkson, señaló la fecha con un mensaje al cual fue dado el título de «Erradicación de la lepra y reinserción: un desafío todavía no vencido».
Según el Cardenal Turkson, la enfermedad, además de las consecuencias físicas, acarrea muchas veces la «discriminación social» de quien fue afectado por ella, incluso después de la cura, resalta el purpurado. Él elogia también los «pasos adelante» que se han dado en el tratamiento de la enfermedad, pero recuerda también que «aún hoy» son registrados cerca de 200 mil nuevos casos cada año.
La Iglesia es una de las grandes responsables por la erradicación de esta enfermedad. Su actuación en todas partes del mundo y su deseo de «curar a los enfermos» y atender a los necesitados, sobre todo donde esta enfermedad es casi endémica, hace que el último Anuario Estadístico de la Iglesia pueda anunciar que las comunidades católicas cuidan y actúen directamente en 612 centros para leprosos en los cinco continentes.
Jozef De Veuster
Uno de los ejemplos más conocidos en todo el mundo, casi que un paradigma de cómo actuar entre los leprosos fue dado por la extraordinaria figura del católico Jozef De Veuster:
San Damián de Molokai
Jozef De Veuster se tornó sacerdote y recibió el nombre de Padre Damián. Se volvió después San Damián de Molokai.
Él nació el 3 de enero de 1840, en Bélgica, y murió el día 15 de abril de 1889, con el cuerpo y el rostro desfigurados por la lepra.
Fue declarado Bienaventurado por el Papa Juan Pablo II y canonizado por Benedicto XVI.
Enviado a Hawái, Damián deja el puerto de Brema, en Alemania, en 1863. Distribuye su retrato a los familiares, sabiendo que nunca más iría reverlos, y carga consigo solamente un pequeño crucifijo, único compañero de su vida misionera. La entrega total de su vida a Dios y a la causa misionera comienza ya en este momento de la salida definitiva, para no volver más.
La misión es siempre un camino sin retorno. Arrebatado por el amor de Jesús, el misionero vive completamente por el Reino. Cuando, en 1873, el obispo Maigret convoca a los misioneros y revela su preocupación y dolor por la situación de miseria y abandono en que se encontraban los leprosos en la isla de Molokai, Damián se ofrece, como el primero, en pisar aquella isla maldita. La lepra, en aquel tiempo, era un verdadero terror para todos.
Quien se contagiase dejaba de formar parte de la sociedad civil y era totalmente segregado. Los leprosos de aquel área eran obligados a buscar Molokai y vivir como animales, hasta la muerte.
Damián llega a la isla el día 10 de mayo de 1873. Un gran grupo de leprosos se aproxima y él no duda en apretar la mano de cada uno. Bien temprano, se torna la única esperanza de aquellos pobres. Los ama y se identifica con ellos. Comienza siempre sus discursos con las palabras: nosotros, leprosos. Aún no sabe que, más tarde, eso será realidad también para él. Ayuda a organizar la comunidad de los leprosos y a garantizarles una dignidad.
Esta completa dedicación se hace amor sin límites. Compartiendo la vida de los leprosos, lucha para que no vivan como animales. La dedicación cristiana lo hace un misionero solidario. Muere leproso y abandonado con sus amigos de infortunio.
Hoy Damián es venerado como Santo, aunque haya quien critique su radicalidad en la caridad para con el prójimo por amor a Dios.
Él es el Santo Patrono de la Diócesis de Honolulu (Hawái). Es celebrado el día del Padre Damián, 15 de abril.
Después de su beatificación por el Papa Juan Pablo II en Roma el día 4 de Junio de 1995, fue concedido un día de fiesta memorial al bendecido Padre que es celebrado el día 10 de Mayo, fecha de su llegada a la Isla de Molokai. (JSG)
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