Puerto – Portugal (Miércoles, 08-02-2017, Gaudium Press) En una Carta Pastoral publicada «on line», el obispo de la ciudad de Porto, en Portugal, recuerda que «tenemos presente el deseo ya manifestado del Papa Francisco de ser peregrino con los peregrinos de Fátima, en Portugal, el próximo mes de mayo» y, por eso, él incentivó a las comunidades de su diócesis a, durante el período de la Cuaresma y la Pascua, prepararse espiritualmente para la venida del Papa a Portugal y al Santuario de Fátima, en las conmemoraciones del Centenario de las Apariciones.
Entonces Mons. en forma de desafío, invita a su rebaño para una caminata de profundización de la fe, a partir de los sacramentos de iniciación cristiana.
Saborear – compartir – revitalizar
La Carta del prelado destaca tres actitudes esenciales que los cristianos deben tener en este tiempo, «saborear», «compartir» y «revitalizar» las gracias recibidas a través de los sacramentos del bautismo, el crisma y la primera comunión.
Él subraya que, «para aquellos que ya son bautizados, crismados y alimentados en la Eucaristía, la Cuaresma es oportunidad de dejarse renovar en las fuentes de la alegría».
Ya la Pascua, para el obispo de Porto, es un tiempo oportuno para llevar a todos, como misioneros, lo que significa ser cristiano, para que esas señales «transborden e irradien, a lo lejos y a lo ancho».
Nuestra Señora
El obispo de Porto destaca que «María tiene un lugar insubstituible en este camino» recordando que la visita del Papa ayudará a comprender mejor aquello «que el mensaje de Fátima ofrece a la Iglesia y al mundo».
Es dentro de este contexto que Mons. António espera que «cada grupo, comunidad o movimiento, a su manera, y su ritmo, pero todos juntos», aprovechen esta oportunidad de andar por un camino que ayude «a fortalecer la comunión diocesana y a intensificar el aprendizaje pastoral, en esta amada Diócesis de Porto, que desea avanzar, con María, en camino sinodal».
En ese sentido, el obispo de la Diócesis de Puerto, recomienda actos de piedad para desarrollar esta caminata por él descrita y deseada.
Entre otras sugerencias, el Prelado incluye la recitación y meditación del Rosario con la intención de conseguir «revitalizar la familia, como Iglesia orante». (JSG)
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