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Redacción (Jueves, 09-02-2017, Gaudium Press) Hace más de 80 años, en 1929, el Santo Padre Pío XI recibió un regalo muy especial de parte de los salesianos. El Entonces Rector Mayor de los Salesianos, Don Felipe Rinaldi, tercer sucesor de San Juan Bosco, dio como regalo al pontífice un precioso relicario del santo y fundador de su congregación, con ocasión de su beatificación.
El pasado 31 de enero, fiesta litúrgica de Don Bosco, el relicario permaneció expuesto durante la Eucaristía que se celebró en homenaje al santo italiano en la capilla del Coro de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, a la que asistieron los salesianos allí presentes, así como los empleados de la Tipografía de la Santa Sede.
«Fue una gran alegría para los salesianos de la comunidad y todos los empleados de la Tipografía del Vaticano y una grata sorpresa, pues normalmente esta reliquia está custodiada en la sacristía de la Capilla de la Misericordia, en la colección de relicarios del Papa», dijo uno de los trabajadores de la Tipografía Salesiana, citado en nota de prensa de la agencia de información salesiana ANS.
Lo que llama la atención del relicario es su particular belleza y la infinidad de detalles que contiene, con un sello particular salesiano. Mide 47 centímetros de alto, fue elaborado en plata y sus partes ornamentadas son de metal dorado. La obra es del cincel del profesor Galli.
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| El relicario Mide 47 centímetros de alto, fue elaborado en plata y sus partes ornamentadas son de metal dorado. La obra es del cincel del profesor Galli / Fotos: ANS. |
El boletín salesiano del 2 de julio de 1929, referido por el salesiano Alfonso Domenech -quien trabaja en la Secretaría de Estado del Vaticano- y citado por ANS, describe en detalle las características del relicario.
«Las partes laterales tienen elegantes cornisas, formando rectángulos, donde en láminas de plata cinceladas se reproducen la Basílica de María Auxiliadora de Turín, la Basílica del Sagrado Corazón de Roma, y a los lados, dos grupos que representan los alumnos de Don Bosco: uno representa una hilera de niños con un religioso salesiano, el otro un grupo de niñas con una religiosa de María Auxiliadora».
El relicario también contiene los escudos del Papa Pío XI y de la Pía Sociedad Salesiana, que se encuentran en medio de los serafines y entrelazados con lirios y rosas, que son símbolo de la caridad y de la pureza, de las que tanto predicó San Juan Bosco. Ambos escudos reflejan la fidelidad al Papa a la que siempre llamó el santo salesiano, ya que amaba fervientemente la figura del Pontífice.
Entre los detalles que se hallan en el relicario, también se observa la casa natal de Don Bosco, así como su primer sueño. «Serafines con incensarios completan la espléndida ornamentación, que viene completada con una inscripción que recuerda el acontecimiento de la beatificación. En la parte delantera bajo el grupo escultórico hay un espacio oval, que custodia la teca, en la cual está la reliquia», añade el boletín salesiano de 1929.
Cuentan que Pío XI, siendo el joven sacerdote Aquiles Ratti, tenía una gran admiración por Don Bosco. Un día lo visitó en su oratorio, donde lo acompañó por unos días. Estuvo sentado en la mesa de santo salesiano y luego se marchó con grandes recuerdos en su corazón. No fue de extrañar que estando ya a la cabeza de la Iglesia Católica, Pío XI promoviera rápidamente la beatificación y Canonización del «santo de la juventud».
Fue el mismo Papa Pío XI quien el 1º de abril de 1934, día de Pascua, canonizó a Don Bosco. Una multitud de fieles llenaron la Plaza de San Pedro para celebrar el honor de los altares del fundador de la Familia Salesiana (Ver nota anterior: Salesianos celebraron el 80º aniversario de la Canonización de Don Bosco).
Con información de ANS y Donbosco.net.
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