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Río de Janeiro (Lunes, 13-02-2017, Gaudium Press) La Iglesia de Río de Janeiro también celebró en este mes la Fiesta en honor a Nuestra Señora de Lourdes, el pasado 11 de febrero.
Por esta ocasión, la Basílica de Nuestra Señora de Lourdes, en Villa Isabel, preparó una programación especial para el día de la festividad, a fin de acoger millares de fieles y devotos de la Virgen María.
La fiesta inició ya por la mañana, con la Alvorada a las 6:00 horas, seguida de Santa Misa. A las 9:00 horas, la celebración litúrgica, y a las 11:00 horas, una ceremonia eucarística con la unción de los enfermos.
Más tarde, a las 13:00 horas, los fieles fueron invitados a participar de la misa con la bendición de los remedios. A las 16:00 horas, fue la vez del obispo auxiliar, Mons. Joel Portella Amado, presidir la celebración, que contó con la bendición de los enfermos.
A la noche, a las 19:00 horas, ocurrió la bendición de las velas, seguida por la Procesión de las Velas, a las 20:00 horas.
La tradicional Procesión de las Velas hace referencia al milagro realizado delante de apariciones en Lourdes, Francia. Delante de la Virgen Santísima, en la Gruta de Massabielle, Bernadette rezaba con una vela en las manos, que se iba consumiendo y quemando hasta derretir enteramente. Con todo, la devota no se hirió, y mucho menos tuvo marcas de quemadura.
En preparación a la procesión noctura, afirmaba el Padre rector del Santuarios:
«Buscamos realizar la procesión de la misma forma que ella es hecha en Lourdes, Francia, haciendo memoria al milagro de la vela que ocurrió con la niña Bernadette. Caminamos por las calles del barrio con una vela encendida en la mano rezando y pidiendo a la Virgen María para que bendiga a todos los enfermos de nuestras familias, de nuestras comunidades, de nuestro círculo de amistades», dijo.
Todavía según el Padre Valtemário, el agua milagrosa venida de la Gruta de Massabielle, en Francia, sería distribuida a los fieles.
«Muchos enfermos acuden hasta el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en Francia, para bañarse, beber y hacer uso piadoso de esa agua, una vez que hay muchos relatos de cura y milagros reconocidos por la Iglesia. Trajimos esa agua de Lourdes, distribuida no solo durante la festividad, sino en el día 11 de cada mes», completó.
El sacerdote también explicó de qué manera debe ser hecho el uso del agua milagrosa de Lourdes:
«El agua es apenas una señal de nuestro Bautismo y una recordación de lo que Jesús nos enseñó. Santa Bernadette, la vidente de Lourdes, decía que bastan pequeñas dosis, porque no es el agua que hace el milagro, sino Dios, que nos enseñó que aquellos que en Él creen y fuesen bautizados, ellos mismos se tornarán fuentes de agua viva». (LMI)
De la redacción de Gaudium Press, con informaciones de la Arquidiócesis de Río de Janeiro
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