Almería (Miércoles, 22-02-2017, Gaudium Press) Con ocasión de la beatificación de los 115 mártires de Almería, entre los que se encuentra Emilia Fernández -quien será la primera beata gitana de la historia-, el departamento de Pastoral con los Gitanos, que hace parte de la Comisión de Migraciones del Episcopado Español, está organizando una numerosa peregrinación a la ciudad de Almería, donde tendrá lugar la ceremonia de beatificación.
La romería iniciará a las 18:00 horas del viernes 24 de marzo con la acogida de los fieles en la parroquia Nuestra Señora de Monserrat, frente a los juzgados de Almería. Y a las 21:00, está previsto una Vigilia de Oración en el Auditorio en Roquetas de Mar.
Emilia será la primera beata gitana de la historia. |
Para el 25 de marzo, fecha de la beatificación, saldrán a las 9:00 horas un grupo de autobuses hacia el Palacio de Congreso, donde a las 11:00 horas tendrá inicio la celebración Eucarística por las beatificaciones de los 115 mártires de Almería. La Santa Misa será presidida por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Tras la ceremonia y en la tarde, los participantes de la peregrinación gitana se congregarán en la parroquia de Nuestra Señora de Monserrat en un festival flamenco. Ya en la mañana del domingo 26 partirán hacia Guadix, donde a las 10:00 horas se prevé la visita a las cuevas gitanas, y a las 12:00, la Santa Misa de acción de gracias en la Catedral; tras la cual los peregrinos regresarán a sus hogares.
La Canastera
Llamada «La Canastera», la Sierva de Dios Emilia Fernández, fue hija degitanos quienes la bautizaron apenas nació, el día 13 de abril de 1914 en la iglesia parroquial de Tíjola, su pueblo natal. Educada en las costumbres de su raza, desde chica le enseñaron el oficio de confeccionar canastos de esparto, que le sirvió para ganarse honradamente su sustento, de ahí su apelativo.
A principios de 1938, en el contexto de la persecución religiosa de la Guerra Civil Española, contrae matrimonio con Juan Cortés Cortés, también gitano, quedando muy pronto encinta. Para evitar que su esposo participara en el frente, untó sus ojos con sulfato para que declararan su inutilidad. Poco tiempo después, el 21 de junio de 1938, es detenida y encerrada en la prisión de mujeres de Gachás Colorás en Almería.
En prisión pide a algunas presas muy piadosas que le enseñaran a rezar el Rosario, al notar esto la directora de la prisión le promete que la favorecería siempre y cuando denunciara a las mujeres catequistas; pero ante su negativa es aislada en una celda y sometida a malos tratos, muy a pesar de su embarazo. Da a luz una niña el 13 de enero de 1939 negándole las autoridades cualquier asistencia médica. La pequeña fue bautizada por las mismas compañeras presas, pero nunca más se supo de la niña.
A Emilia Fernández la muerte la sorprendió en prisión el 25 de enero de 1939, siendo tristemente enterrada en una fosa común. Sobre este suceso escribió el Padre Gallego Fábrega: «En la mañana del día veinticinco acabó el martirio de la guapa gitanilla de veintitrés años, que murió abandonada y sola, pero sin denunciar a su catequista, a pesar de todas las presiones a que estuvo sometida».
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Con información de la Conferencia Episcopal Española y Diócesis de Almería.
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