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Washington (Jueves, 24-09-2009, Gaudium Press) En comunicado de prensa emitido el martes pasado, el Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos dio a conocer los resultados de una encuesta a nivel nacional sobre algunos temas implicados en la reforma al sistema de salud que se proyecta en ese país. La encuesta fue realizada por la International Communications Research entre el 16 y el 20 de septiembre pasados, y coincide en sus resultados con otras similares realizadas por Public Opinion Strategies (30 agosto-1 septiembre) y Rasmussen Reports (septiembre 14-15).
La encuesta reveló que el 60 % apoya «los esfuerzos para aprobar la reforma al sistema de salud para proporcionar una seguridad en salud asequible a todos». Entretanto, de este 60%, un 60% se opone a aquellas «medidas que requerirían que las personas pagaran por el cubrimiento del aborto con sus impuestos federales». La encuesta revela también que de ese 60% de personas favorables a la reforma, solo el 25% apoyaría esta última propuesta.
De la misma manera, del 60% de favorables a la reforma, los partidarios de mantener «las actuales leyes federales que protegen a los médicos y enfermeras de ser obligados a realizar o remitir a abortos en contra de su voluntad» superan a los que se oponen al mantenimiento de tales leyes por un margen de dos a uno (60% a 30%).
Si se toma el total de los encuestados -en lugar de sólo los favorables a la reforma-, la oposición al aborto aumenta: 67 % del total de la muestra se opuso a exigir a la gente a pagar por la cobertura de aborto a través de sus impuestos.
«Con cada semana que pasa se pone más claro: el público estadounidense en general, no quiere pagar por la cobertura del aborto y no quieren una reforma de salud utilizada para promover el aborto» dijo Deirdre McQuade, Director Adjunto de Política y Comunicaciones del Secretariado de Actividades Pro-Vida de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos.
«Aborto no es cuidado de la salud. Los obispos de los Estados Unidos están trabajando arduamente para garantizar que la reforma de salud sirva a los más vulnerables de entre nosotros, especialmente los pobres, los inmigrantes, y los no nacidos «, dijo McQuade.
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