Damasco (Jueves, 02-03-2017, Gaudium Press) Bajo el título de «una Cuaresma muy amarga», el Arzobispo maronita de Damasco, Mons. Samir Nassar, resumió en su mensaje con motivo del inicio del tiempo litúrgico la situación que vive el país en cinco escenas de gran dramatismo. Al final del mensaje, el prelado ofrece el tiempo de Cuaresma como una ocasión para reflexionar sobre el compromiso de ayuda a la Iglesia en medio de las tribulaciones.
Mons. Samir Nassar. Foto: CatholicMom. |
Mons. Nassar describió el estado de las ciudades y poblaciones como «una escena apocalíptica» en la cual se destacan los escombros de las edificaciones destruidas, los pueblos arrasados y la ausencia de techo para un 50% de la población. Millones de sirios huyeron del país formando «las más grandes masas de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial». En medio de la tragedia, destacó la destrucción de las familias como una de las más grandes pérdidas. «Difícilmente se encuentra una familia completa. La violencia ha dispersado esta célula básica de la sociedad». La muerte, la prisión o el exilio marcan la crisis de la familia y deja sin apoyo a una gran cantidad de habitantes.
«Los niños son los más frágiles», continúa el prelado, quien cita los cálculos oficiales de al menos tres millones de niños que no pueden asistir a clases porque deben dar prioridad a su supervivencia. Los centros de apoyo no dan abasto para atender el número de niños y jóvenes con traumas y bloqueos psicológicos producidos por la guerra. Además, el Arzobispo denunció la reducción considerable de fieles en las parroquias e incluso el éxodo de un número importante de sacerdotes. Los habitantes de Siria, según el prelado, ya no luchan por libertad, sino por su supervivencia básica y los bienes de primera necesidad.
«Esta amarga Cuaresma de 2017 nos ofrece tiempo en el desierto para dar una buena mirada a nuestro compromiso con la Iglesia en medio de los fieles en dificultad, para dirigir el camino hacia Cristo Resucitado», concluyó el Arzobispo. «Cristo, Luz del Mundo, quien conoce los corazones de los hombres y mujeres, dice: ‘Venid a Mí todos los que estáis cansados y agobiados, y Yo os aliviaré'».
Con información de The Catholic Herald.
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