martes, 26 de noviembre de 2024
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La imagen de Dios

Redacción (Viernes, 17-03-2017, Gaudium Press) Consta en el propio Génesis que Dios creó el hombre a su imagen y semejanza (cf. Gn 1, 26-27).

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Sin embargo, como nos explica ROYO MARÍN: «el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Entretanto, esta imagen divina no es unívoca y perfecta, sino analógica e imperfecta».

Santo Tomás: Imagen y semejanza

De hecho, encontramos en Santo Tomás: «Como dice San Agustín, ‘donde existe imagen, hay ciertamente semejanza, pero donde hay semejanza, no existe con certeza imagen’. Por donde se ve que la semejanza pertenece a la razón de imagen, y que imagen agrega alguna cosa a la razón de semejanza, a saber, que es reproducida de otro: con efecto, llamamos imagen por el hecho de hacerse a imitación de otra cosa; por eso, un huevo, por más semejante e igual que pueda ser con relación a otro huevo, no es llamado su imagen, porque no es reproducido por él. […]

Ahora es manifiesto que se encuentra en el hombre cierta semejanza de Dios, semejanza que deriva de Dios como de su modelo. Entretanto, no es una semejanza de igualdad, pues el modelo sobrepasa infinitamente el modelado.

Así se dice que hay en el hombre imagen de Dios, no perfecta, sino imperfecta. Es lo que expresa la escritura cuando dice que el hombre fue hecho a imagen de Dios; la preposición a, con efecto, traduce cierta aproximación, lo que cabe a una cosa distante». (Summa Theologica, I, q. 93, a. 1)

Solo el Verbo es Imagen perfecta de Dios

Como vimos entonces, el hombre es sí una imagen de Dios, entretanto él lo es de modo analógico e imperfecto, como fue dicho arriba, pues solamente el Verbo es la Imagen perfecta y unívoca del Padre.

Pero el hombre es la imagen y semejanza de Dios, pues él posee el intelecto, que lo aproxima a Dios, lo hace poder imitar a su Creador, pudiendo así alabarlo.

Comenta el Doctor Angélico: «Visto que es en virtud de su naturaleza intelectual que se dice ser el hombre a imagen de Dios, él lo es sobre todo en la medida en que la naturaleza intelectual puede imitarlo al máximo. Ahora la naturaleza intelectual imita a Dios al máximo, en aquello en que Dios se conoce y se ama». (Idem.)

Enfoque teológico

No resisto en dar a este breve pensamiento un enfoque más teológico, afirmando con MONDIN:

«Las enseñanzas de Santo Tomás sobre la gracia, la fe, la esperanza y la caridad son todas actuales, pero de modo particular la doctrina sobre la gracia santificante que transforma el propio ser del hombre y lo eleva a la condición de hijo de Dios».
Podemos concluir que de hecho el hombre, sobre todo por su naturaleza intelectual, es la imagen de Dios, entretanto es por la gracia que él es elevado a la condición de hijo de Dios, alcanzando así la mayor semejanza que con Dios se puede tener.

Por el P. Michel Six, EP

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