Antofagasta (Lunes, 28-09-2009, Gaudium Press) Ayer domingo, más de un millar de fieles salieron a las calles para participar de la procesión de la Virgen del Carmen, que como ya es tradición, se celebra el último domingo de septiembre, en el Día de la Oración por Chile. Con sus folclóricos bailes, los feligreses del Arzobispado de Antofagasta junto a su pastor, monseñor Pablo Lizama, trasladaron la imagen de la Virgen por las distintas calles de la ciudad hasta la Iglesia Catedral.
Cantos, rosarios y bailes convergieron en la plaza Colón en donde estaba programada la celebración eucarística en honor a la Patria y a Nuestra Señora del Carmen. En su intervención, monseñor Lizama agradeció la participación de las agrupaciones católicas de bailes religiosos y su expresión de devoción mariana. En la homilía, el pastor diocesano afirmó que a los católicos «les interesa Chile, les preocupa su país, para construir una sociedad más digna, justa y solidaria».
En la ocasión también se procedió -como en el resto de las diócesis del país- a la transcripción caligráfica del «Evangelio de Chile», al redactar el primer versículo.
Por su parte, en la norteña diócesis de Iquique se efectuó el sábado 26 la Fiesta de la Oración por Chile en el Santuario Nuestra Señora del Carmen de la Tirana. Miles de peregrinos llegaron hasta el santuario para celebrar con bailes y cantos a su «Señora», y participar de la Santa Misa.
El oficio religioso fue presidido por el Obispo de Iquique, monseñor Marco Antonio Órdenes, quien en su homilía expresó que esa tierra es la «capital espiritual del Norte Grande, cuna y arca donde guardamos nuestras tradiciones, lo mejor de nuestras costumbres e identidad. La identidad, el patrimonio de este norte grande de Chile está unido a la fe. No se puede entender el norte, sin entender nuestras manifestaciones de fe, de piedad popular. El norte sería muy distinto si este santuario no estuviera».
Luego añadió «Estamos reunidos aquí celebrando a esta Señora que le dijo sí a Dios, que le abrió su corazón, su mente y su ser, para acoger a Cristo en lo más profundo de su vientre. Esto es lo que encontramos en este Santuario y a lo que nos invita la virgen: Abre tu corazón a Jesucristo, a esta buena noticia: Dios está entre nosotros, y confía en esta buena noticia porque esta es la noticia que trae paz al mundo».
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