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Ciudad del Vaticano (Lunes, 27-03-2017, Gaudium Press) En la Audiencia General del Domingo, en la Plaza San Pedro, el Papa Francisco resaltó en su catequesis que es preciso abandonar «preconceptos» sobre los otros y evitar juicios «sin misericordia». El encuentro ocurrió, como de costumbre, alrededor del mediodía delante de fieles romanos y de peregrinos venidos de otros países.
Las palabras del Papa fueron proferidas un día después de la visita pastoral que realizó a la Arquidiócesis de Milán.
El «ciego de nacimiento» y la luz de la Fe
En su catequesis, el Papa comentó el Evangelio del día que trae el episodio del «ciego de nacimiento». Afirmó que «con este milagro Jesús se manifiesta y se sigue manifestando a nosotros como luz del mundo».
Para el Pontífice, «el ciego de nacimiento representa cada uno de nosotros que fuimos creados para conocer a Dios, pero por causa del pecado somos como ciegos, tenemos necesidad de una nueva luz, la de la fe, que Jesús nos dio».
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| Área de la Piscina de Siloé, Jerusalén / Foto: Gustavo Kralj – Gaudium Press. |
Aquel ciego del Evangelio, «se abre al misterio de Cristo», dijo el Pontífice, explicando que «este episodio nos induce a reflexionar sobre nuestra fe en Cristo, el Hijo de Dios, y al mismo tiempo se refiere al Bautismo, que es el primer Sacramento de la fe: el Sacramento que nos hace «venir a la luz», mediante el renacimiento del agua y el Espíritu Santo; así como sucede al ciego de nacimiento, al cual se abren los ojos después de haber sido lavado en el agua de la piscina de Siloé».
El Ciego de Nacimiento y nosotros
«El ciego de nacimiento curado, nos representa cuando no nos damos cuenta que Jesús es la luz, «la luz del mundo», cuando miramos para otros lugares, cuando preferimos confiar en las pequeñas luces, cuando andamos a tientas en la oscuridad», dijo Francisco, que además continuó:
«El hecho de que aquel ciego no tenga un nombre, nos ayuda a reflejarnos con nuestro rostro y nuestro nombre en su historia. También nosotros fuimos «iluminados» por Cristo en el Bautismo, y, por tanto, somos llamados a comportarnos como hijos de la luz. Y comportarse como hijos de la luz exige un cambio radical de mentalidad, una capacidad de juzgar hombres y cosas según otra escala de valores, que vienen de Dios. El Sacramento del Bautismo, de hecho, exige la elección firme y decidida de vivir como hijos de la luz y caminar en la luz».
Caminar en la luz
Pero, ¿qué significa «tener la verdadera luz, caminar en la luz?»:
«Significa, antes que nada, abandonar las falsas luces: la luz fría y fatua del preconcepto contra los otros, porque el preconcepto distorsiona la realidad y nos llena de aversión contra aquellos que juzgamos sin misericordia y condenamos sin apelo. ¡Esto es pan de cada día! Cuando se habla mal de los otros, no se camina en la luz, se camina en la sombra», resaltó el Papa.
Interés Personal: luz falsa
Completando sus palabras, el Santo Padre destacó:
«Otra luz falsa, seductora y ambigua, es aquella del interés personal: si valoramos hombres y cosas basados en criterios de nuestra utilidad, de nuestro placer, de nuestro prestigio, no realizamos la verdad en los relacionamientos y las situaciones. Si vamos por este camino del buscar solamente el interés personal, caminamos en las sombras».
Cuaresma: Pedido a la Virgen
El Papa Francisco finalizó su catequesis con un pedido a la Santa Virgen María para que Ella nos obtenga «la gracia de acoger nuevamente en esta Cuaresma la luz de la fe, redescubriendo el don inestimable del Bautismo, que todos nosotros recibimos. Y esta nueva iluminación nos transforme en las actitudes y en las acciones, para ser también nosotros, a partir de nuestra pobreza, portadores del rayo de la luz de Cristo». (JSG)
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