St. Joseph (Viernes, 31-03-2017, Gaudium Press) Observar al P. Lawrence Carney caminar por las calles de Saint Joseph y otras ciudades de Missouri, Estados Unidos, puede recordar las fotografías de los sacerdotes de la primera mitad del siglo XX. Con sotana, sombrero y un gran crucifijo, el sacerdote se destaca notablemente entre la población local y motiva la curiosidad de numerosas personas que se acercan a él para conversar, recibiendo un primer contacto con la fe católica. «Es lo que hizo Nuestro Señor», explicó el presbítero según informó Our Sunday Visitor. «Muchas personas me ven y les mueve el venir a mí y hablar».
Pero la particular estrategia del sacerdote no se inició en su país, sino en España, donde tuvo la oportunidad de realizar la peregrinación completa del Camino de Santiago a pie, un recorrido de 32 días de duración a lo largo de todo el país desde la frontera con Francia hasta su extremo occidental en Galicia. La particularidad de su peregrinación, hecha cada año por miles de fieles, es que descartó emplear ropa deportiva y en su lugar vistió la sotana tradicional. El resultado: haber podido hablar de Dios con más de mil personas que se acercaron para preguntarle por su atuendo.
«Hay algo misterioso en la sotana que actúa como un imán, atrayendo a la gente hacia ti», comentó el P. Carney a Our Sunday Visitor. «Es un sacramental que tiene una bendición especial que el traje no tiene». Las escenas que vive a diario confirman su visión. Al salir a caminar rezando el Santo Rosario hace un par de años, un hombre detuvo su auto para preguntarle qué hacía. «Estoy pescando», respondió el sacerdote. «Y usted acaba de ser atrapado». El P. Carney mantuvo la comunicación con el hombre, de quien el sacerdote espera se convierta al catolicismo.
El sacerdote sirve como capellán del Monasterio de las Benedictinas de María, Reina de los Apóstoles, y realiza sus caminatas cuando cumple sus deberes. Si bien su presencia despertó dudas en otros sacerdotes, la eficacia de su ministerio le ha abierto las puertas entre sus colegas presbíteros. El P. Evan Harkins, párroco deSt. James en St. Joseph, Missouri, explicó que su presencia complementa a los sacerdotes que deben enfocarse en sus obligaciones en parroquias y escuelas. Al salir a caminar, el sacerdote «baja la velocidad y así ve, habla y ora con quienes el sacerdote parroquial promedio no tiene oportunidad de encontrarse». Además, gracias a su sotana, «su presencia en las calles es una imagen visible, o un icono de la Iglesia, y de la Iglesia en St. Joseph en particular».
El P. Carney escribió un libro con historias de su ministerio bajo el título de «Walking the Road to God» (Caminando el camino a Dios). Su experiencia le motiva a invitar a los sacerdotes a ampliar su labor apostólica con un medio tan sencillo como salir a caminar en oración. «Rezar el Santo Rosario en las calles no es algo de lo cual los sacerdotes deberíamos tener miedo», indicó. «Tendrá grandes beneficios espirituales en nuestras propias vidas y en nuestras parroquias. Es también otra forma en que podemos imitar a Nuestro Señor, quien nunca montó a caballo sino caminó».
Con información de Our Sunday Visitor.
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