Ciudad del Vaticano (Sábado, 01-04-2017, Gaudium Press) El Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, pronunció un discurso para un congreso en Alemania sobre los 10 años de la Summorum Pontificum de Benedicto XVI, el cual abrió las puertas al libre uso de la liturgia en latín. Las palabras del purpurado se distinguieron por su agudo tono crítico sobre la realidad de la Iglesia y su reclamo de una mayor valoración de la liturgia y fidelidad a la herencia cristiana .
Card. Robert Sarah. Foto: Fr. Lawrence, OP. |
Según el Prefecto, el descuido de la liturgia en la Iglesia es producto de «una seria crisis de fe» que ha desviado el sentido de la liturgia y el culto divino hacia un énfasis en la comunidad que no concuerda con el sentido del sacramento de la Eucaristía y la centralidad que Jesucristo debe tener en la vida de la Iglesia. El Card. Sarah lamentó la situación actual en la cual «un número significativo de líderes de la Iglesia subestima la seria crisis que la Iglesia está atravesando: relativismo en la enseñanza doctrinal, moral y disciplinaria, graves abusos y la desacralización de la Sagrada Liturgia».
La noción de que la Iglesia viva una primavera en las décadas recientes fue puesta en duda por el purpurado: «Un número creciente de líderes de la Iglesia ve esta ‘primavera’ como un rechazo, una renuncia de su patrimonio de siglos o incluso como un cuestionamiento radical a su pasado y tradición». De manera significativa, el Prefecto aplicó a la Iglesia Católica un planteamiento frecuentemente citado con motivo de la realidad política y social de la Unión Europea: «La Europa política es reprendida por abandonar o negar sus raíces cristianas», recordó. «Pero la primera en abandonar sus raíces cristianas y su pasado es sin discusión la Iglesia Católica post-conciliar».
El Prefecto criticó la falta de comprensión de la Eucaristía como sacrificio, los abusos litúrgicos que desconocen el carácter sagrado de la liturgia de la Eucaristía y la falta de participación de los fieles en la Eucaristía a un nivel interior que permita la auténtica recepción de Cristo y la ofrenda humilde de la persona «en oración silenciosa y una actitud completamente contemplativa». El purpurado expresó su convencimiento de que «la crisis en la Iglesia que estamos experimentando hoy es debida en gran medida a la desintegración de la liturgia».
Con información de Catholic World News y New Liturgical Movement.
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