Asunción (Martes, 29-09-2009, Gaudium Press) Ya son varios los sectores de la Iglesia Católica paraguaya que expresan su desacuerdo con la anunciada carrera armamentista en Sudamérica. Esta vez un sacerdote asunceno, el párroco del Santísimo Sacramento, padre Benito Páez, criticó ayer el armamentismo en el continente, mientras miles de personas pasan hambre. Fustigó también a los insensibles legisladores por sus abultados salarios. Fue en ocasión de las celebraciones de la parroquia por sus 180 años de creación.
En su inicio la parroquia abarcaba un extenso territorio. Al sur iba hasta Ysaty; al norte llegaba hasta el río Paraguay, mientras que al este alcanzaba la actual parroquia San Cristóbal, y al oeste llegaba a Las Mercedes.
El sacerdote indicó que todos los que acuden a su parroquia vienen con una guerra interior, pero siempre salen con la paz interior.
Las lecturas bíblicas del domingo hablaban del poder y al respecto el sacerdote Páez apuntó que todos tienen de alguna manera un poder. Algunos tienen mucho, mientras otros menos. Agregó que en el mundo, los ciudadanos dan el poder a sus autoridades, a quienes recordó que ese poder no debe ser para aplastar al semejante, sino para servir especialmente a los más necesitados. «El perdón y la misericordia son el poder de Dios», remarcó.
Seguidamente invitó a los presentes a hacer el bien al semejante, porque ese es el servicio y el poder que agrada a Dios.
En otro momento habló de los escándalos también en alusión a otro pasaje bíblico. En ese sentido, dijo que cuando se habla de escándalo se lo quiere relacionar solo al campo sexual; pero apuntó que un escándalo por ejemplo es el sideral sueldo que reciben los parlamentarios, mientras una gran parte de la población sufre hambre. Calificó también de escándalo la carrera armamentista en varios países de la región, mientras miles de ciudadanos pasan hambre en todo el continente.
Este aniversario sorprende a la parroquia en plena construcción de un hogar que va a ser destinado a centenares de niñas abusadas sexualmente o de otras formas, muchas de los cuales viven en las calles de Asunción.
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