viernes, 22 de noviembre de 2024
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Laica de 91 años dedicó su vida a propagar el Mensaje de Fátima

Chicago (Martes, 18-04-2017, Gaudium Press) Con motivo del centenario de las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima, Portugal, el periódico de la Eparquía Católica de rito bizantino de Parma, Ohio, Estados Unidos, Horizons, entrevistó a Natalie Martha Loya, una mujer de 91 años de edad que dedicó su vida a compartir con cuantas personas le fue posible la importancia del Mensaje de Fátima y que hoy, desde la oración, continúa sirviendo a la Santísima Virgen.

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 Natalie Martha Loya. Foto: Horizons Newspaper.

«Ella (la Santísima Virgen) está esperando a que las personas cumplan lo que les ha pedido», explicó Loya. Sin habérselo propuesto y sin que hiciese ninguna publicidad sobre su disponibilidad, Loya realizó numerosos viajes por el país para explicar el mensaje de las apariciones en Portugal y extender la devoción mariana y el rezo del Santo Rosario.

Todo inició cuando su padre la llevó a una peregrinación a los Santuarios Marianos de Europa a mediados de la década de 1950, recorrido que incluyó una visita al Santuario de Fátima. Con una pequeña cámara captó fotografías de la peregrinación que compartió de manera espontánea en una presentación en su parroquia y otras parroquias vecinas de rito latino. Sin darse cuenta, impartió en el evento su primera conferencia sobre el Mensaje de Fátima, en un momento en que era poco conocido y no habían muchas personas disponibles para compartir su importancia.

A la edad de 28 años, se corrió la voz entre los católicos y Loya fue llamada a repetir su charla en numerosos lugares. «Yo distribuía rosarios y escapularios en cada charla. Los mandaba hacer por miles», recordó la seglar. «Algunas veces alguien me daba un billete de 20 dólares y eso cubría todos mis gastos y mis viajes. Nunca me preocupé por eso. Tenía un techo sobre mi cabeza y mi padre cuidaba de mí y no tenía que preocuparme por comidas o cualquier cosa».

«Yo iba donde quiera que alguien me llamara que pudiera incluir en mi calendario, y eso incluyó parroquias, ancianatos, escuelas, preparatorias», relató. El mensaje que llevaba se centraba en la necesidad de la conversión personal y la consagración al Inmaculado Corazón de María, así como las peticiones de la Santísima Virgen para obtener la promesa de la paz del mundo. Regularmente comenzaba sus charlas con la frase del Arzobispo Fulton Sheen: «Todos somos pecadores».

A causa de su salud, Loya se dedica a su apostolado principalmente desde su oración personal desde 1990. En el centenario de las apariciones, indicó que desearía recordar a los católicos de rito bizantino»exactamente lo que María dijo: Debemos rezar el Rosario… debemos vestir el escapulario carmelita, permitir que nuestro país sea consagrado al Inmaculado Corazón… promover la devoción al Inmaculado Corazón de María». «El Rosario es la historia de la vida de Nuestro Señor y su Santísima Madre en miniatura. Si las personas escucharan a Nuestra Señora, ella se encargaría de lo demás».

Con información de The Catholic Register.

 

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