Ciudad del Vaticano (Lunes, 24-04-2017, Gaudium Press) Ayer, en el rezo del Regina Coeli desde el balcón del Palacio Apostólico, el Papa Francisco habló de que por qué al de ayer se la llama domingo «in albis» y de la institución del Domingo de la Misericordia, el domingo posterior al de Pascua.
«En la tradición de la Iglesia, este domingo, el primero después de la Pascua, se denominaba ‘in albis’. ¿Qué significa esto? Esta expresión se proponía evocar el rito que cumplían cuantos habían recibido el bautismo en la Vigilia de Pascua. A cada uno de ellos se les entregaba una túnica blanca – ‘alba’ – ‘blanca’, para indicar la nueva dignidad de los hijos de Dios. Aún hoy se sigue haciendo, a los recién nacidos se les ofrece una pequeña túnica simbólica, al tiempo que los adultos visten una verdadera, como vimos en la Vigilia Pascual. Y aquella túnica blanca, en el pasado, se llevaba puesta durante una semana, hasta este domingo y de ello deriva el nombre ‘in albis deponendis’, que significa el domingo en el que se quita la túnica blanca. Y así, cuando se quitaban la túnica blanca, los neófitos comenzaban una vida nueva en Cristo y en la Iglesia», dijo el Papa.
Pero él también se refirió al Domingo de la Misericordia, que también se conmemoró ayer.
«En el Jubileo del año 2000, San Juan Pablo II estableció que este domingo se dedicara a la Divina Misericordia. ¡Es verdad, fue una bella intuición: fue el Espíritu Santo el que lo inspiró en esto! Desde hace pocos meses hemos concluido el Jubileo extraordinario de la Misericordia y este domingo nos invita a retomar con fuerza la gracia que proviene de la misericordia de Dios».
La Confesión
El Papa mostró que la misericordia se manifiesta en un auge en el perdón ofrecido por medio del sacramento de la penitencia, anunciado en el Evangelio del día.
«El Evangelio de hoy es la narración de la aparición de Cristo resucitado a los discípulos reunidos en el cenáculo (cfr Jn 20, 19-31). Escribe San Juan que Jesús, después de haber saludado a sus discípulos, les dijo: «Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen» ( 21- 23). He aquí el sentido de la misericordia que se presenta justo el día de la resurrección de Jesús como perdón de los pecados. Jesús Resucitado ha transmitido a su Iglesia, como primera tarea, su misma misión de llevar a todos el anuncio concreto del perdón».
La misericordia «abre la puerta de la mente», pues bajo su prisma se comprende mejor el misterio de Dios, y abre «la puerta del corazón», porque nos vuelve al prójimo.
El Papa concluyó, diciendo que la misericordia «nos compromete a todos a ser instrumentos de justicia, de reconciliación y de paz. Nunca olvidemos que la misericordia es la clave en la vida de fe y la forma concreta con la que damos visibilidad a la resurrección de Jesús».
Con información de Radio Vaticano
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