Ciudad del Vaticano (Lunes, 15-05-2017, Gaudium Press) Invitados por la Specola Vaticano, científicos de varios países fueron participaron, del 9 al 12 de mayo, de un encuentro en Castel Gandolfo. El tema de los debates fue «Agujeros Negros, Ondas Gravitacionales y Singularidad del Espacio-Tiempo».
El evento buscó recordar la herencia científica del cosmólogo belga Monseñor Georges Lemaître, ex-director de la Pontificia Academia de Ciencias de 1960 a 1966, año de su fallecimiento.
Papa Francisco
Antes de partir a Fátima, el Papa recibió a los participantes de este Congreso promovido por el Observatorio Astronómico de la Santa Sede, localizado en Castel Gandolfo.
Según la programación pre-establecida, fueron debatidos temas como el inicio del universo y su sucesiva evolución, la estructura del espacio y del tiempo.
Estos temas, según afirmó Francisco en su saludo a los participantes, interpelan profundamente nuestra consciencia y se confluyen en una «arena», pues, inevitablemente, envuelven campos diferentes, como la ciencia, la filosofía, la teología y también la vida espiritual.
A los participantes el Pontífice afirmó que en la inmensidad espacio-temporal del universo, «nosotros seres humanos podemos experimentar un sentimiento de estupor y experimentar nuestra pequeñez, mientras emerge en nuestro ánimo la pregunta del salmista: ‘¿qué es un mortal, para de él acordarte, y un hijo de Adán, que vengas a visitarlo?’ (Sal 8,5)».
Sabiduría Divina, Caos y Acaso
«La existencia y la inteligibilidad no son fruto del caos o del acaso, sino de la sabiduría divina», afirmó Francisco dirigiéndose a los científicos.
«Jamás se debe tener miedo de la verdad», dijo el Pontífice al encerrar sus breves palabras que buscaban animar y alentar el trabajo de los científicos:
«Caminando rumbo a las periferias del conocimiento humano, se puede realmente hacer una experiencia auténtica del Señor, que es capaz de llenar nuestro corazón», pues, el eterno misterio del mundo es su comprensibilidad. (JSG)
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