Ciudad del Vaticano (Viernes, 19-05-2017, Gaudium Press) Una inusual expresión de respaldo fue escrita por el Papa emérito Benedicto XVI en una reseña del más reciente libro del Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, publicada por la revista estadounidense First Things el pasado 17 de mayo. «El Cardenal Sarah es un profesor espiritual, que habla desde las profundidades del silencio con el Señor, desde su unión interior con Él, y entonces realmente tiene algo que decir a cada uno de nosotros», afirmó el Pontífice.
Card. Robert Sarah. Foto: Cáritas Internationalis |
El libro reseñado fue «El poder del Silencio: contra la dictadura del ruido», publicado el día 15 de abril. Sobre el tema del volumen, Benedicto XVI recordó la gran importancia del silencio en la oración y la vida interior. Desde la experiencia del silencio, indicó, el purpurado puede identificar «los peligros que continuamente amenazan la vida espiritual, de los sacerdotes y de los obispos también, y entonces ponen en peligro la Iglesia misma».
«Debemos estar agradecidos con el Papa Francisco por nombrar a tal profesor espiritual como cabeza de la Congregación que es responsable de la celebración de la liturgia en la Iglesia», concluyó el Papa emérito. «Con la liturgia, también, como con la interpretación de la Sagrada Escritura, es verdad que es necesario un conocimiento especializado. Pero también es cierto de la liturgia que la especialización últimamente puede pasar desapercibida la cosa esencial a menos de que esté arraigada en una unión interior y profunda con la Iglesia orante, la cual una y otra vez aprende del Señor mismo lo que es la adoración. Con el Cardenal Sarah, un maestro de silencio y oración interior, la liturgia está en buenas manos».
En su libro, el Card. Sarah propone la necesidad cada vez más evidente de buscar momentos de silencio en medio de un mundo que genera demasiado ruido. El silencio es descrito como una puerta hacia lo divino: «El silencio es más importante que cualquier otra obra humana, porque en él se expresa Dios. La verdadera revolución viene del silencio, éste nos lleva hacia Dios y los otros así como a ponernos humildemente y generosamente a su servicio».
Con información de First Things.
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