Ciudad del Vaticano (Martes, 23-05-2017, Gaudium Press) En la Santa Misa que celebrada ayer en la Capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco resaltó en su homilía que solamente el Espíritu Santo nos enseña a decir: «Jesús es el Señor».
Es por eso que debemos abrir el corazón para oír al Espíritu Santo y, así, poder testimoniar a Jesucristo, afirmó Francisco.
El Papa desarrolló su homilía con base en las palabras de Nuestro Señor Jesucristo a los discípulos en la Última Cena.
Y su elección fue de hablar más sobre el Espíritu Santo, el Paráclito. Aquel que, dijo Francisco, nos acompaña y «nos da la seguridad de ser salvados por Jesús»: el Espíritu Santo es el Defensor enviado por Jesús para defendernos delante del Padre.
El Espíritu Santo nos conduce a la plena verdad
«Sin el Espíritu, ninguno de nosotros es capaz de decir, oír y vivir a Jesús. En otras partes de este largo discurso, Jesús dice del Espíritu: ‘Él os conducirá a la plena Verdad’, nos acompañará rumbo a la plena Verdad. ‘Él les hará recordar de todas las cosas que yo dije; les enseñará todo’. Esto es, el Espíritu Santo es el compañero de caminata de todo cristiano, es también el compañero de caminata de la Iglesia. Y este es el don que Jesús nos da». Francisco además recordó que es el Espíritu Santo que nos enseña a decir: ‘Jesús es el Señor».
El Espíritu Santo, dijo, es «un don: el gran don de Jesús», «aquel que no nos deja errar». ¿Pero dónde mora el Espíritu?, preguntó el Papa.
Señor, ábreme el corazón para que entre el Espíritu
Recordando la Primera Lectura del día, extraída de los Hechos de los Apóstoles, cuando se menciona la figura de Lidia, «comerciante de púrpura», que «sabía hacer las cosas», y a quien «el Señor abrió el corazón para adherir a la Palabra de Dios», el Papa comentó que «el Señor abrió su corazón para que el Espíritu Santo entrase y ella se tornase discípula. Es justamente en el corazón que llevamos el Espíritu Santo. La Iglesia lo llama como ‘dulce huésped del corazón’: está aquí. Sin embargo, en un corazón cerrado él no puede entrar. ‘¿Ah, entonces dónde se compran las llaves para abrir el corazón?’.
No: también este es un don. Es un don de Dios. ‘Señor, ábreme el corazón para que entre el Espíritu y me haga entender que Jesús es el Señor'».
El Papa acentuó que esta es una oración que debemos hacer en esos días: «Señor, ábreme el corazón para que yo pueda entender aquello que Tú nos enseñaste. Para que yo pueda recordar Tus palabras. Para que yo llegue a la plena verdad».
Corazón abierto «para que el Espíritu entre, y nosotros oigamos al Espíritu»
Francisco dijo que, de las Lecturas del día pueden ser extraídas dos preguntas.
La primera de ellas debería ser: «¿yo pido al Señor la gracia de tener un corazón abierto?». Y la segunda pregunta sería: «¿yo busco oír al Espíritu Santo, sus inspiraciones, las cosas que le Él dice a mi corazón para que yo prosiga en la vida cristiana, y pueda testimoniar también yo que Jesús es el Señor?».
Por último, además el Papa recomendó:
«Piensen en esas dos cosas hoy: mi corazón está abierto y yo hago el esfuerzo de oír lo que el Espíritu me dice. Y así iremos adelante en la vida cristiana y daremos también nosotros testimonio de Jesucristo». (JSG)
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