Ciudad del Vaticano (Miércoles, 24-05-2017, Gaudium Press) Cómo se manifiesta la esperanza cristiana en el encuentro del Señor con los discípulos de Emaús, fue el ‘leit motiv’ de la catequesis hoy del Papa en la Audiencia General, en la Plaza de San Pedro.
Los discípulos de Emaús, tras la muerte del Señor, huyen de Jerusalén, tristes, pues su esperanza en la misión del Salvador era sobre todo humana. Es entonces cuando Cristo resurrecto se les aparece, velando un poco su personalidad divina. De ahí el Papa saca la primera lección.
«La comunidad cristiana no está recluida en una ciudadela fortificada», afirmó el Pontífice, recordando que el Señor fue a buscar a los discípulos de Emaús allá donde ellos se encontraban, en las condiciones en que se encontraban. «Allí [el Señor] encuentra a la persona, con sus esperanzas y sus desilusiones». A ejemplo de Cristo, «la Iglesia escucha la historia de todos, como emergen del cofre de la conciencia personal, para después ofrecer la Palabra de vida, el testimonio del amor, amor fiel hasta el fin», señaló Francisco.
Y con los discípulos de Emaús Jesús inicia su «terapia de la esperanza»: «Primero pregunta y escucha», y profundiza así en «la amargura que les ha venido». «Jesús está siempre a nuestro lado para darnos esperanza», diciéndonos: «Ve adelante, yo estoy contigo». Este es «el secreto del camino de Emaús»: a través de las apariencias en contrario, Dios no deja de hacernos bien:
«Dios va a caminar con nosotros siempre, siempre, incluso en los momentos más dolorosos, incluso en los peores momentos, incluso en momentos de derrota: allí está el Señor. Y esa es nuestra esperanza: seguimos adelante con esta esperanza, porque Él está a nuestro lado caminando con nosotros».
Con información de Radio Vaticano
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