Kiev (Miércoles, 24-05-2017, Gaudium Press) El Patriarca de la Iglesia Grecocatólica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, presidió el pasado 21 de mayo la peregrinación al monasterio de San Nicolás en Krekhiv, fiesta en la que celebró tanto la memoria litúrgica de San Nicolás como los 400 años de la restauración de la Orden Basiliana de San Josafat. Este último suceso fue destacado por su gran importancia para la Iglesia y la nación de Ucrania.
Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, Patriarca de la Iglesia Grecocatólica Ucraniana. Foto: Iglesia Grecocatólica Ucraniana. |
El prelado destacó el renacimiento de la Orden Basiliana como «la fuerza creadora» que inspiró la nación ucraniana y la ha acompañado a través de sus momentos más oscuros. «Hoy veneramos a San Nicolás y oramos para que a nuestra Iglesia nunca le falten Santos que han creado la historia moderna de nuestra Iglesia y nuestra nación». Entre estos Santos identificó a San Josafat y al prelado Josyf Veliamyn Rutsky (cuya causa de beatificación está abierta desde 1937), los dos pilares de la restauración de la Orden Basiliana.
San Josafat asumió un enorme compromiso con su carisma como religioso basiliano y edificó monasterios en Biten y Zhyrovytsi y fue nombrado Superior del Monasterio de la Santísima Trinidad en Vilno. Con gran fama de piedad y sabiduría, fue nombrado Arzobispo de Polotsk, desde donde trabajó para obtener la unión de la Iglesia en Ucrania y Bielorrusia con la Santa Sede. Durante una visita apostólica a Vitebsk, el prelado fue asesinado a causa de su fidelidad a Roma. Tras su muerte obró varios milagros, pero el más reconocido fue la conversión de un Arzobispo que se opuso notablemente a su obra y quien luego pasó a ser un gran defensor de la figura de San Josafat y de la unión con la Santa Sede.
Mons. Shevchuk agradeció a Dios por el testimonio de San Josafat, por «todos los mártires de la Iglesia, conocidos y desconocidos, que vienen de esta comunidad basiliana», así como por los «buenos misioneros que fueron a las estepas del occidente de Canadá y Norteamérica», así como a Argentina y Brasil. «Quisiera que la peregrinación y el aniversario de la orden Basiliana se convierta en una fuente para todos nosotros, para nuestras comunidades monásticas masculinas y femeninas, donde todos podamos bañarnos y nacer de nuevo».
Con información de RISU.
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