Jerusalén (Jueves, 01-06-2017, Gaudium Press) Tierra Santa tiene cada vez más rostros chinos entre sus peregrinos. Además de la novedad de la presencia china, el rápido aumentó ha tomado por sorpresa a todos: La Oficina Franciscana de Peregrinos reportó a Vatican Insider que cada año se duplica el número de grupos procedentes de China y que visitan los Santuarios de Jerusalén.
Una peregrina asiática ora junto al edículo del Santo Sepulcro en Jerusalén. Foto: Gustavo Kralj / Gaudium Press. |
Los datos de los católicos concuerdan con los de las autoridades israelíes. El país registró un aumento del 108% de turistas chinos frente al año anterior y el número de visitantes procedentes de China en los primeros cuatro meses de 2017, más de 38 mil, fue superior al de italianos, 31.600. Este sorpresivo aumento impone desafíos pastorales, ya que las peregrinaciones son a veces guiadas por personas de procedencia china que a pesar de vivir en Israel carecen de contacto con la fe cristiana.
La Custodia de Tierra Santa responde a esta necesidad incorporando algunos frailes chinos para acoger a los peregrinos, como es el caso de Fray Johannes, quien estudió en el Studium Biblicum Franciscanum de Jerusalén y fue llamado específicamente para esta misión. El religioso explicó a una publicación franciscana que los peregrinos chinos tienen características peculiares, muchos son mayores de 50 años y la peregrinación es su primer viaje al extranjero: «Por diferentes motivos, en China no es posible inscribirse en una lista a la salida de la Iglesia para inscribirse a un peregrinaje. Al contrario, los grupos se organizan de manera muy discreta, de boca en boca».
Para estas personas es muy grave carecer de guías que comprendan el sentido de su viaje. «Una vez hablé con un señor de 80 años: había pasado 20 en la cárcel debido a su fe, e invirtió todos sus ahorros en este viaje», relató Fray Johannes. «La guía nunca dejaba que el grupo tuviera tiempo para rezar en las iglesias: después de las explicaciones y de las fotografías, se veían obligados a partir inmediatamente hacia el siguiente lugar. Este hombre tuvo que ponerse necio y ‘luchar’ para poder recitar el rosario en los Santuarios».
Los religiosos chinos reciben becas de estudios para motivar su servicio en Jerusalén, y la necesidad pastoral ha generado un proyecto con apoyo de la Misión Pontificia, de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y de creyentes chinos en otros países. Se trata de formar una comunidad de religiosas chinas dedicadas al servicio de los peregrinos, siendo la primera una religiosa que realizó ese apostolado en el Santuario de Lourdes. La Hna. Anne, quien ya vive en Jerusalén explicó a L’Eco di Terra Santa que su objetivo es «que la Biblia se vuelva algo vivo para estas personas y que su estancia aquí las renueve en la fe. Es una oportunidad de catequesis extraordinaria».
Con información de Vatican Insider.
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