Ciudad del Vaticano (Lunes, 12-06-2017, Gaudium Press) El Papa Francisco, en la meditación del Ángelus de ayer domingo desde el Balcón del Palacio Apostólico, habló sobre el desdoblamiento de la vida trinitaria en el amor que Dios ofrece a los hombres. Ayer la Iglesia celebró el día de la Santísima Trinidad.
El Pontífice comenzó meditando un texto de la segunda Carta a los Corintios, el cual, junto con las otras lecturas del día, «nos ayudan a entrar en el misterio de la identidad de Dios». «La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos ustedes»(2 Cor 13,13), dice el Apóstol. El Papa, de este texto claramente trinitario, destaca el aspecto del amor de Dios.
«La comunidad cristiana, aun con todos los límites humanos, puede transformarse en un reflejo de la comunión con la Trinidad, de su bondad y de su belleza. Pero esto – como el mismo Pablo da testimonio – pasa necesariamente a través de la experiencia de la misericordia de Dios, de su perdón», expresó el Papa.
Los judíos ya experimentaron el amor trinitario, por ejemplo en su camino descrito en el Éxodo: «Cuando el pueblo infringió la alianza, Dios se presentó a Moisés en la nube para renovar aquel pacto, proclamando el propio nombre y su significado: «El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse y pródigo en amor y fidelidad» (Ex 34,6). Este nombre expresa que Dios no está alejado y encerrado en sí mismo sino que es Vida que quiere comunicarse, es apertura, es Amor que rescata al hombre de la infidelidad». Igualmente Nicodemo, que apesar de «ocupar un lugar importante en la comunidad religiosa y civil de ese tiempo», siente el amor de Dios y no deja de buscar a Dios.
El Pontífice concluyó pidiendo a «la Virgen María nos ayude a entrar siempre más, con todo nosotros mismos, en la Comunión trinitaria, para vivir y dar testimonio del amor que da sentido a nuestra existencia».
Con información de Radio Vaticano
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