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Singapur (Lunes, 12-06-2017, Gaudium Press) Mons. William Goh, Arzobispo de Singapur, dedicó una Carta Pastoral a explicar a los fieles de su Arquidiócesis cómo y cuándo se debe recurrir al Sacramento de la Unción de Enfermos, ante la frustración de quienes sufren dificultades para hallar un sacerdote que asista a los moribundos que aún no han recibido el Sacramento. «Para beneficiarse plenamente del Sacramento de la Unción de enfermos, el Sacramento se administra mejor cuando la persona está consciente y sobria, de manera que esté preparada para cualquier eventualidad», recordó el prelado.
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| Mons. William Goh, Arzobispo de Singapur. Foto: Arquidiócesis de Singapur. |
El propósito de Mons. Goh es «motivar a los fieles a hacer que sus seres queridos sean ungidos antes de que sean admitidos en el hospital» y prevenir una eventual falta de acceso a un sacerdote en el último momento. «Orar por la restauración de la salud está de acuerdo con la enseñanza bíblica y la recomendación de la Iglesia para quienes están enfermos», por lo cual la Iglesia ha desempeñado desde siempre este ministerio.
«Pero la salud no puede ser considerada de una forma estrecha, como si concerniera la salud física solamente», agregó el prelado. «La salud en plenitud incluye el cuerpo, el alma y el espíritu». El Arzobispo recordó que la enfermedad puede ser un medio de purificación y de encuentro con Dios si es aceptada por el fiel. «En unión con Cristo, él o ella será capaz de integrar el dolor o incluso la muerte en la plenitud de su vida. De hecho en la fe cristiana el sufrimiento y la muerte no son las últimas palabras, sino la vida eterna y la resurrección».
Mons. Goh recordó que el creyente no debe perder la esperanza ni rendirse ante la enfermedad, sino estar disponible para su curación a través de los medios que Dios disponga. Los milagros de Cristo en la curación de enfermos son signos de su misión redentora. «El Sacramento de la Unción de Enfermos es el medio principal por el cual la Iglesia muestra su misericordia y compasión a los afligidos», expuso el prelado. «Esto debe ser entendido desde la perspectiva del deseo de Cristo de sanar a la persona entera: cuerpo, mente y espíritu». El Sacramento fortalece, da esperanza, libera del temor a la muerte, así como de la ansiedad, la depresión y la falta de fe.
El prelado recordó las condiciones del Sacramento, las cuales establecen que el fiel puede recurrir a él cuando comienza a estar en peligro de muerte por enfermedad o avanzada edad, y se puede impartir incluso cuando se duda si se conserva el uso de razón, si se está peligrosamente enfermo o incluso si se cuestiona si ya se produjo la muerte. El sacramento puede recibirse de nuevo en un empeoramiento de la salud, o administrado justo antes de una cirugía mayor (incluso preferiblemente antes de ser internado) o cuando los ancianos revelan una mayor fragilidad.
En caso de imposibilidad de contar con un sacerdote ante el peligro de muerte, el Arzobispo recomendó acudir a los Ministros Extraordinarios de la Comunión para la administración del viático mientras aún se está consciente y a la motivación al moribundo para que realice un acto de contrición sincero y perfecto (motivado por el amor a Dios) con la intención de confesar sus pecados sacramentalmente tan pronto sea posible. Un acto de contrición tal puede permitir a los fieles en peligro inminente de muerte acceder al perdón de los pecados graves y a ser admitidos para el sacramento de la Eucaristía. Estas disposiciones fueron recordadas por Mons. Goh para que los fieles conozcan cómo evitar la condenación en una situación de emergencia real.
Con información de Arquidiócesis de Singapur.
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