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París (Martes, 13-06-2017, Gaudium Press) El Padre Emmanuel Coquet, Subsecretario general de la Conferencia de Obispos de Francia, expuso a Le Figaro sus impresiones sobre un marcado aumento de los exorcismos en el país. En todo el territorio, se reciben al año cerca de 2.500 solicitudes de fieles, las cuales «requieren un auténtico trabajo de discernimiento» y que reciben de la Iglesia el acompañamiento debido a la situación de sufrimiento que padecen.
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| San Pío V realizando un exorcismo, Santa Sabina, Roma. Foto: Fr. Lawrence Lew, O.P. |
«La gente es realmente afectada por el acoso del maligno», aclaró el sacerdote. «Es una realidad que no puede ser confinada al registro de lo simbólico». El P. Coquet recordó que el Papa Francisco ha predicado frecuentemente sobre la existencia y acción del demonio y que cada Diócesis cuenta con uno o dos sacerdotes encargados de este ministerio, quienes a su vez son apoyados por un equipo de religiosos o laicos en esta misión. «La tarea de este trabajo es primordialmente acoger a toda esta gente sufriente, discernir, acompañarlos con la comunidad de la Iglesia».
El número de ritos de exorcismo registrados por el sacerdote sigue siendo aparentemente pequeño, pero tiene una clara tendencia ascendente. Hace diez años se presentaban cerca de 15 casos al año y hoy se registran unos 50 exorcismos anuales. «Hay un claro aumento», destacó el presbítero. «Los exorcistas están impactados de ver que el fenómeno se está haciendo más y más extendido».
La Iglesia raramente decide realizar el Rito de Exorcismo, también llamado «Exorcismo Mayor», y lo hace una vez se establece a través de la asesoría con expertos que la persona no padece un trastorno médico que justifique las señales reportadas. El Obispo es en principio quien ejerce el ministerio del exorcismo, pero frecuentemente los casos son delegados a sacerdotes preparados especialmente para el ministerio. Los exorcismos cuentan con un elaborado ritual que incluye lecturas de la Sagrada Escritura, letanías, oraciones, imposición de manos y sacramentales, así como la fórmula de exorcismo.
Durante los ritos de exorcismo frecuentemente se revela la presencia del demonio a través de expresiones preternaturales. «Puede ser que la fuerza de la persona se incrementen de repente diez veces más», señaló el P. Coquet como ejemplo, al que sumó las reacciones de repulsión ante los símbolos sagrados o el hablar fluidamente un lenguaje previamente desconocido. «Después del exorcismo vemos genuinos apaciguamientos, liberaciones y sanaciones interiores», concluyó. «Todo esto es muy real, no es inventado».
Con información de Le Figaro.
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