Vilnius (Miércoles, 14-06-2017, Gaudium Press) El primer mártir de la era soviética en Lituania, Mons. Teófilo Matulionis, será beatificado el próximo 25 de junio, un notable testimonio de heroísmo bajo la represión de la religión a causa del comunismo. Tras una prolongada reclusión y cerca de su muerte por odio a la fe, el prelado fue nombrado Arzobispo e invitado a participar al Concilio Vaticano II, a donde no pudo asistir.
Mons. Teófilo Matulionis, mártir lituano del comunismo soviético. Foto: Bernardinai. |
El próximo Beato Mons. Matulionis nació en Lituania en 1873 y ordenado sacerdote en 1900. Para 1909 ya había sido sentenciado por bautizar a un niño de un matrimonio mixto (católico – ortodoxo) en la fe católica y recluido por este motivo en un monasterio dominico. Su futuro no mejoraría tras esta condena, ya que en 1917 se produjo la revolución bolchevique con su consecuente persecución a la Iglesia.
En 1923, el Venerable fue condenado a tres años de prisión por no firmar un acta en favor de la expropiación de los bienes de la Iglesia. En 1929 regresó a prisión, donde se le condenó a trabajos forzados y sufrió malnutrición. Finalmente fue liberado en un intercambio de prisioneros en 1933, tras lo cual pudo visitar al Papa Pío XI, quien públicamente elogió su testimonio de valiente fidelidad a Dios en medio de la persecución. Fue nombrado Obispo de Kaišiadorys en 1943 y parte de este ministerio lo vivió en libertad, aprovechando para peregrinar a Tierra Santa y otros lugares.
A su retorno a Lituania, enfrentó con renovada decisión las amenazas de los Nazis y los soviéticos y denunció la persecución a la Iglesia y la destrucción de templos. En 1946 fue arrestado de nuevo, enviado a distintas prisiones y despojado de su dignidad episcopal, la cual siguió ejerciendo en secreto hasta su liberación en 1956.
El Papa San Juan XXIII lo elevó a Arzobispo en 1962 y en agosto de ese año fue atacado físicamente de forma brutal. El día 20 de agosto una agente de la KGB se hizo pasar por enfermera y suministró una inyección venenosa al prelado, culminando de este modo con el martirio el valiente testimonio de persecución del próximo Beato.
Con información de Religión en Libertad y Catholic.net.
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