Arzobispo de Sevilla habla de la importancia del testimonio público de la veneración a la Eucaristía

Sevilla (Jueves, 15-06-2017, Gaudium Press) Con ocasión de la solemnidad del Corpus Christi, el Arzobispo de Sevilla, Mons. Juan José Asenjo, escribió una carta pastoral -titulada «Corpus Christi, el Señor en nuestras calles»- en la que llama a redescubrir la esencia de la procesión Eucarística.

«En esta procesión lo sustantivo no son las numerosas imágenes de los santos sevillanos, ni las sobreabundantes representaciones que en ella desfilan. Lo importante y decisivo es el testimonio público de veneración a la santísima Eucaristía, que no sería bueno que quedara solapado por otras realidades que no pertenecen a la esencia de esta procesión, que es calificada en el Código de Derecho Canónico como procesión eucarística», señaló el prelado en la misiva, dada a conocer en la víspera de la solemnidad que se celebró el jueves 15 en la diócesis sevillana.

Mons. Asenjo también dice que Corpus Christi se debe conmemorar «sin triunfalismos ni arrogancias, pero también sin rubor y complejos», ya que los cristianos de Sevilla «proclamaremos que el pan eucarístico es el sacramento de nuestra fe y el corazón de la vida de la Iglesia».

«En esa mañana, con alegría en los rostros y calor en los corazones, los cristianos de Sevilla reconoceremos que el cuerpo de Cristo es la fuente de nuestra vida renovada y el fundamento de nuestra esperanza frente al poder del pecado y de la muerte. Reconoceremos también que Él es el pan que recrea y enamora, que rejuvenece, renueva y fortalece nuestra vida, pues en Él recibimos la vida de Dios hasta la hartura», prosigue.

Custodia monumental, obra de Juan de Arfe, saliendo de la Catedral de Sevilla / Foto: Archidiócesis de Sevilla.

En otro momento, el Arzobispo hace referencia a la jornada de la Caridad, que en España tiene lugar en la fiesta de la Eucaristía: «En la jornada de Caritas y Día de la Caridad, los cristianos de Sevilla, contemplando en la custodia el rostro eucarístico de Cristo, nos comprometeremos a descubrirle también en el rostro sufriente y, en ocasiones deformado, de los hambrientos, sedientos, desnudos, enfermos, prisioneros, desplazados y emigrantes. Al mismo tiempo, a creyentes y no creyentes, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que buscan la paz y la justicia y sueñan con la nueva civilización del amor, les ofreceremos con respeto, humildad y convicción, nuestro mejor tesoro, el misterio del cuerpo entregado y de la sangre derramada para la salvación del mundo, ‘sacramento de piedad, signo de unidad y vínculo de caridad'».

La solemnidad del Corpus Christi en Sevilla tuvo como epicentro la Santa Misa que presidió Mons. Aenjo en la mañana del jueves en la Catedral, con la presencia de la custodia monumental, obra de Juan de Arfe.

Durante la homilía, el prelado habló de la importancia de la adoración y de la visita al Santísimo, ya que «la adoración al Santísimo Sacramento es el ambiente espiritual que permite a la comunidad celebrar de verdad la Santa Misa».

Llamó para que se reivindique aquella necesidad de conocer, escuchar y pasar largas horas frente al amor de Jesús: «El verdadero amor y la verdadera amistad son siempre fruto de esta reciprocidad de miradas, de coloquios serenos, de silencios intensos y elocuentes, llenos de respeto y veneración, que hacen del encuentro algo profundo y personal».

Tras la Misa, tuvo lugar la procesión Eucarística, que estuvo precedida por ocho pasos: el de Santa Ángela de la Cruz, de las Santas Justa y Rufina; San Isidoro, San Leandro, San Fernando, la Inmaculada Concepción, el Niño Jesús y la Custodia pequeña de la Santa Espina.

Desde el 16 de junio, hasta el día 22, se llevará a cabo en la Catedral la «Octava del Corpus» con celebración de la Palabra y Adoración Eucarística.

Con información de la Archidiócesis de Sevilla.