Lima (Miércoles, 30-09-2009, Gaudium Press) «Afirmemos la dignidad de la persona en las redes sociales», fue el gran apelo realizado por el Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima, en el discurso inaugural del I Congreso Internacional Universitario sobre Redes Sociales «Link, únete a la red», el viernes 25 de septiembre, en el auditorio ZUM de la Universidad de Lima. El congreso, que reunió representantes de Google, Hi5, Facebook y Flickr concluyó, el sábado 26.
«Las familias pueden estar en contacto aunque sus miembros estén muy lejos unos de otros; los estudiantes e investigadores tienen un acceso fácil e inmediato a documentos. Las redes facilitan mucho el progreso y la inclusión social, son herramientas maravillosas al servicio de la seguridad, emergencia y las cadenas de solidaridad», expresó el purpurado, haciendo el resumen de los variados beneficios que puede aportar el correcto uso de las nuevas tecnologías.
Entretanto, «las redes sociales comunican con una rapidez mayor la condición humana, el modo en que la persona tiene que captar, interiorizar, abstraer, comparar, analizar, enjuiciar, etc. Esa rapidez de la comunicación hace muy difícil asimilar la información de modo razonado, respetando la complejidad de lo que es el tejido humano, por lo que hace falta desarrollar un especial aparato crítico en la persona: más veloz, claro y honesto», dijo el Cardenal Cipriani.
Por ello, el Cardenal alentó a los participantes del congreso a impedir que estos contenidos rápidos e interactivos empobrezcan a quienes los reciben y los animó a ser valientes en la acción de difundir el bien, la verdad y la belleza en los nuevos medios digitales, en un mundo adormecido.
Un código ético, civil y penal para las redes sociales
El purpurado afirmó asimismo la necesidad de un código no sólo ético sino también civil y penal, que regule la interacción al interior de las redes sociales, y que prevengan y castiguen los abusos que allí se puedan cometer: «Afirmemos la dignidad de la persona, la centralidad de la familia, la grandeza de la verdad, del bien y de la belleza. Que haya un código no solo ético sino también civil y penal de lo que puede ocurrir con estas redes. Las nuevas tecnologías deben excluir palabras e imágenes degradantes para el ser humano, lo que es violación de la intimidad, el maltrato de la sexualidad humana, o todo lo que es explotación de los niños, de los débiles», manifestó.
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